Atín Aya, un fotógrafo vitalista
"No puedo fotografiar más allá de la luz", decía
Nunca creyó que su enfermedad fuera irreversible. Llevaba años manteniendo un pulso consigo mismo que, hasta la noche del domingo, había logrado ganar. El fotógrafo sevillano Atín Aya falleció hace unos días en su ciudad tras una larga enfermedad. Tenía 52 años y tres grandes proyectos en marcha. Vitalista, voluntarioso, entusiasta... así describen sus amigos a este hombre que se licenció en Psicología por la Universidad de Granada, después de probar con la Filosofía y las Ciencias de la Educación; pero quien no encontró su sitio hasta que en 1981 comenzó a estudiar fotografía en el Photocentro de Madrid y a trabajar en la agencia Cover.
Atín Aya, galardonado entre otros con el primer Premio Cultura y Espectáculo Fotopress 1990, ha colaborado en Abc, Diario 16 Andalucía, Cambio 16, Panorama y Casa-Vogue, entre otros, y desde 1986 expone regularmente en galerías de toda España. Sus retratos, tanto de personajes conocidos como de las caras anónimas que ha ido plasmando en todas sus series, destilan franqueza.
Él mismo escribió en su última exposición sobre paisajes -que se clausuró el pasado día 9 en la Neilson Gallery de Grazalema (Cádiz)-: "No puedo fotografiar más allá de la luz". Plazas de toros, arquitectura, pintores, el colorido de Salvador de Bahía (Brasil), Sierra Nevada y sus gentes, Marruecos o las marismas del Guadalquivir son algunos de los temas en los que trabajó en los últimos años. Actualmente preparaba una serie sobre personajes en el curso del río Tinto y ampliaba su trabajo sobre los cortijos andaluces. Fue enterrado en el cementerio de San Fernando de Sevilla.
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