Un hombre admite que mató a su madre y vivió 14 meses con el cadáver
El acusado declara que no podía soportar que la víctima se dedicase a la prostitución
Enrique Rus Sánchez rompió ayer el guión habitual en un juicio por asesinato. Con todo lujo de detalles relató al tribunal del jurado que en 2002 mató a su madre de una puñalada en la nuca y que luego estuvo 14 meses viviendo con el cadáver en el domicilio familiar. Hasta que sintió el acecho de la policía y acudió a comisaría a explicar la historia. El relato era tan espeluznante que no le creyeron, pero al final se demostró que no mentía.
Ocurrió el 3 de diciembre de 2002 en el piso que Enrique Rus, compartía con su madre en Esplugues de Llobregat. El era taxista, tenía 45 años, y ella, de 68, se dedicaba desde hacía décadas a la prostitución. Al principio ejercía, pero acabó en madame y prestaba su vivienda a otras meretrices jóvenes. "¿Una prostitución de lujo?", preguntó la fiscal. "No, media", respondió.
Aquel día, una pareja acudió a la casa y cuando acabaron Rus pidió a su madre que acudiese a la salita de estar "para enseñarle una cosa". Le colocó una toalla en la boca para que no chillase y le asestó una puñalada en la nuca que le produjo la muerte instantánea, según su relato.
Explicó se había bebido media botella de coñac, pero que el golpe fue muy certero. "Sabía que allí era mortal, tenía que ser rápido porque así moriría en el acto", declaró sin pestañear. "Luego se desplomó y acompañé el cuerpo hasta que cayó al suelo", siguió. "Me dio mucha rabia y estuve una hora llorando, pero no lo había planeado".
La ley prevé que el jurado pueda realizar preguntas por escrito a través del magistrado que preside el juicio. Al acabar el interrogatorio un miembro del tribunal ejerció ese derecho. "¿Si usted no tenía pensado matarla, por qué tenía un cuchillo en la sala del crimen?". El acusado se justificó como pudo
¿Cuál fue el móvil? Rus insistió una en la "dominación" que la madre había ejercido sobre él toda la vida y en el "asco" que le producía su profesión. "Matarla era la manera de liberarme", dijo a modo de justificación, con sollozos incluidos.
Cal sobre el cadáver
Después abundó en que la madre le había "destrozado" la vida, porque siendo joven le obligó a participar en orgías. El juez le pidió que evitase los detalles, pero no fue así. "Al principio el cadáver olía y tiré ambientador, pero luego eché unos sacos de cal porque no había manera", dijo.
A todos los clientes y meretrices que preguntaban por la víctima les respondía que la mujer se había marchado a vivir fuera. Pero su tía no se lo creyó y alertó a la policía. Cuando se descubrió el cadáver el 4 de febrero de 2004, ya se había dilapidado 14 millones de las antiguas pesetas de la difunta. a millón por mes. "¿En qué?", preguntó la fiscal. "En bebida, propinas y ropa". Se le acusa de asesinato y la fiscal pide 24 años de cárcel. La defensa cree que fue un homicidio, pero pide su absolución por estar borracho.
Los cuernos y las flores
"Un marido sin cuernos es como un jardín sin flores". Rus declaró ayer que ésa era una de las frases que su madre le repetía una y otra vez para justificar su profesión. Insistió mucho en su discurso moral, hasta el punto de explicar que intentó que su madre cambiase de empleo incluso con la lectura de la Biblia. Pero no hubo manera.
En otro momento evocó su pasado de niño, internado hasta los 14 años, y que la habitación en la que durmió durante décadas estaba en la misma vivienda que se usó de prostíbulo durante tres décadas.
No quedó nada claro en la declaración por qué un hombre de 45 años seguía viviendo con su madre si ésta era tan "asfixiante y opresora" para él. Y más teniendo medios para hacer una vida independiente. Rus explicó que incluso le entregaba a la mujer la recaudación del taxi y que ella le daba después dinero "para sus gastos", aunque tenía bastante con bien poco. El hombre admitió que nunca tuvo novia "porque no se fiaba de las chicas", pero no quedó claro por qué tampoco se le conocían amigos.
Sí reconoció que después del crimen conversaba con el cadáver. "Ves mamá, tanto ahorrar para qué". El acusado dijo que su madre "tenía una enfermedad con el dinero". La prostitución sólo era un complemento, porque vivía de las rentas de dos pisos de alquiler, dijo.
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