Guardado pone la directa
Un tanto del mexicano, el nuevo ídolo de Riazor, lanza al Depor frente a un Betis previsible
La pelota ya no tiene costuras. No hay excusas. El equipo que trata bien el cuero acostumbra a ganar. En Riazor se enfrentaban Depor y Betis, dos proyectos en construcción como delataba un inicio de Liga lastrado por las dudas. Los coruñeses sólo habían pescado un empate en Valladolid. Los sevillanos habían firmado tablas en las dos primeras jornadas. Y el partido se presentó como la ocasión para fijar el rumbo.
El Depor, como había voceado Miguel Ángel Lotina, se enganchó al toque y a manosear el balón sin descuidar la contundencia en defensa. En la semana de su centenario, el Betis de Cúper se mostró como un equipo que se mueve sin brújula en el centro del campo. Funciona a impulsos y depende excesivamente de que a Sobis se le encienda la pierna para crear peligro. Depor y Betis casi empataron a oportunidades flagrantes, sólo que el primero trazó un plan para manejar con criterio la pelota y el segundo busca un pretexto para justificar un fútbol previsible y directo. "No estamos temerosos, pero sí condicionados", disculpó Cúper al final del encuentro.
DEPORTIVO 1 - BETIS 0
Deportivo: Aouate; Barragán, Lopo, Coloccini, Manuel Pablo; Juan Rodríguez, Sergio; Lafita (Cristian, m. 71), Verdú (De Guzmán, m. 89), Guardado; y Riki (Bodipo, m. 82). No utilizados: Munúa; Filipe, Adrián y Aythami.
Betis: Ricardo; Ilic, Juanito, Nano (Melli, m. 36), Fernando Vega; Odonkor, Somoza, Capi (Pavone, m. 70), Mark González; Sobis y José Mari (Fernando, m. 60). No utilizados: Doblas ; Caffa, Babic y Juande.
Gol. 1-0. M. 7. El mexicano Guardado se aprovecha de un fallo defensivo del Betis para batir a Ricardo.
Árbitro: Iturralde González. Amonestó a Riki, Ilic, Somoza y Juanito.
Unos 18.000 aficionados en Riazor.
Al Depor le sopló desde el inicio viento a favor para despejar los malos presagios. Corría el minuto siete, Barragán sacó largo de banda, la defensa bética hizo aguas en la intentona de despejar el balón y en medio del desbarajuste apareció el pillín Guardado para meter la pierna y batir a Ricardo. El mexicano, todo desparpajo a pesar de su bisoñez, ya es el nuevo ídolo de la afición. Además, ha encontrado en el talentoso Verdú un magnífico aliado para solventar cualquier enredo en el juego.
El tempranero tanto de Guardado no atemorizó al Betis, pero sí condicionó el partido. El Depor, por primera lo que va de temporada, se sintió cómodo trenzando paredes y encontrando apoyos para llegar el área del rival. Y el Betis, con Somoza y Capi incapaces para gobernar el centro del campo, buscó a Sobis y se encomendó al pelotazo para empatar la justa. Resultó demasiado sencillo para la defensa deportivista. Porque Mark González, pretendido en su día por los blanquiazules, sólo sacó un par de centros; y porque Odonkor en ningún momento se comportó como el futbolista incisivo que promete por su velocidad. El veterano Manuel Pablo, que ayer celebró sus 200 partidos en la máxima categoría, le ganó en todo momento el duelo y eso que Lotina lo ha desplazado a la banda izquierda.
El primer tiempo se murió casi como despertó. Un equipo confiado frente a un rival prisionero al intentar pintar un buen cuadro con brochazos imprecisos. En el segundo plato continuó el menú presentado por los dos cocineros. El Betis tuvo a Aouate contra las cuerdas en una pelota lanzada por Ricardo, pero Capi se estrelló contra los guantes del portero israelí. Luego contestó Verdú en un contraataque bien hilado por Guardado. La jugada se estropeó en el palo. Cúper, que nuca se dio por entregado, buscó el gol con un fútbol directo. Pero Fernando malgastó un imaginativo pase de Sobis y a Pavone le faltaron minutos para encontrarle el pulso al partido.
Mientras, el Depor, en el que hasta Sergio pareció recuperado para el fútbol con Juan Rodríguez de escudero, se limitó a continuar a lo suyo con criterio. A tocar hasta que el reloj le entregó los tres puntos contra un Betis con muchas costuras.
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