Una maniobra sensacional
Sé que Lewis Hamilton comentó que la acción de Fernando Alonso en la salida del Gran Premio de Bélgica fue incorrecta. Y estoy en completo desacuerdo con él. Todo lo contrario. Lo que hizo el piloto español en las primeras curvas fue una maniobra sensacional, protegiendo su posición y poniendo sobre la pista la firmeza necesaria para mostrar a todos sus rivales hasta qué punto está dispuesto a conseguir el título mundial. Que nadie diga que hizo trampa. Lo que demostró en una curva tan difícil y rápida como Eau Rouge fue que sigue siendo un gran campeón y que, cuando llega el momento culminante, no está dispuesto a hacer ningún tipo de concesiones.
Si Hamilton se queja es porque cada vez se siente más frágil. Se está convirtiendo en un quejica que me recuerda a Alonso cuando las cosas le van mal. La maniobra de la salida de Spa es pilotaje y de mucha calidad. Propio de dos grandes pilotos que no quieren renunciar a nada. Pero esta vez, Alonso iba por el interior en la primera curva y tenía la posición ganada. Iba largo y Hamilton, que iba por el exterior, tuvo que ir más largo y salirse de la pista. Es una situación típica de la primera curva de Spa. Y después, cuando volvieron a encontrarse ya en Eau Rouge, los dos aguantaron su posición, pero Fernando no cedió ni un milímetro y salió de allí como ganador del duelo.
Que Alonso concluyera por delante de Hamilton y le restara otro punto pone el campeonato en un puño. Está emocionante. Y parece claro que Ferrari aún no ha dicho su última palabra. Pero también es evidente que McLaren no ha copiado nada de Ferrari. Son dos coches tan distintos que funcionan mejor en situaciones muy diferentes, tal como se está demostrando. En los trazados donde es necesaria poca o mucha carga aerodinámica, los McLaren no tienen rivales. En cambio, en otros, como Turquía o Spa, donde el equilibrio entre potencia y agarre es muy importante, en trazados mixtos donde el coche debe ser muy rígido de suspensión, son los Ferrari los que no tienen rival.
La diferencia entre lo que ocurrió en Monza y Spa hay que buscarla más en las características del trazado y del coche que en las mejoras que las dos escuderías hayan podido introducir en sólo una semana. Y en Spa, lo que también se hizo patente es que, cuando el piloto adquiere importancia, entonces los números uno de los dos equipos siguen siendo Kimi Raikkonen y Fernando Alonso. El finlandés realizó una carrera excepcional, sin ningún error, marcando tiempos, colocando distancia a todos sus rivales y demostrando que si el coche le funciona, él sigue siendo el más rápido.
Pero este año, aunque Ferrari haya conseguido el título de constructores, los problemas mecánicos y su falta de adaptación a los neumáticos Bridgestone al principio, han vuelto a perjudicarle. El título de constructores le ha llegado a Ferrari por una decisión del Consejo Mundial contra McLaren. Sin embargo, todavía tiene opciones de acabar ganándolo en los circuitos. Y, ocurra o no, sería bueno al menos que por su actuación se acallaran todas las voces que surgirán contra la decisión de la FIA y poder tapar de una vez por todas el escabroso asunto del espionaje.
Hubo otros aspectos de la carrera también interesantes. Nico Rosberg y Robert Kubica hicieron unas carreras memorables. Y no es de extrañar que se esté especulando ya con la posibilidad de que si Alonso deja McLaren al final de temporada, Rosberg pudiera sustituirle. Sin embargo, creo que en este asunto no está todo dicho. La única opción que se vislumbra para Alonso fuera de McLaren parece Renault. O un intercambio rocambolesco con BMW Sauber entre él y Nick Heidfeld. Pero sigo pensando que si gana el título y logra dejar un buen sabor en la escudería británica, lo mejor para él sería quedarse. Sólo McLaren y Ferrari podrían darle un coche ganador. Y en Ferrari tiene las puertas cerradas, al menos por ahora.
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