"Sin Losada el bipartito tendrá las mismas tensiones"
"Mi nombre es Antonio", dice Antón Losada para preferir, una vez desligado del nominalismo del cargo que ocupaba, el nombre por el que es conocido por casi todo el mundo. El ex numero dos del vicepresidente Anxo Quintana, habla en la entrevista, realizada a los pocos días de su cese, relajado y con pausa, como si se sintiese liberado de una carga. Losada -Xove (Lugo), 1966- ha recuperado su puesto de profesor titular en la Facultad de Ciencias Políticas de la Universidad de Santiago y a partir de esta semana recuperará su actividad de comentarista en televisión (59 segundos, en TVE, El programa de Ana Rosa, en Telecinco) y radio (Hoy por Hoy, de la cadena Ser).
Pregunta. ¿El conflicto con TVG fue el último desencadenante de su cese?
"Nadie me negará el derecho a dar mi opinión a un responsable de Informativos de TVG. Se puede discutir la forma, pero es un diálogo privado"
"Confieso que soy una persona de mal carácter, pero yo no soy el culpable de haber enviado a la policía al despacho de un alto cargo"
"Mientras el BNG no pueda pactar con cualquier fuerza estará limitado. Las generales son una ocasión para preparar a electores y militantes"
"A mí se me ha acusado de hacer muchísima publicidad. Yo creo que es un ejemplo de transparencia. El PP la hacía, pero la disfrazaba"
Respuesta. No. Mi dimisión o cese a petición propia fue una decisión pactada de manera definitiva la semana antes del 25 de julio entre el vicepresidente Quintana y yo. Le comenté que creía haber cumplido un ciclo político y personal, que me veía fuera, desarrollando otro tipo de actividades. Dada la complejidad, no voy a decir importancia, de las funciones que desarrollaba en Vicepresidencia, se me pidió un tiempo para buscar un recambio.
P. ¿Fue la primera vez que habló con Quintana de su marcha?
R. No. Presenté mi dimisión por primera vez cuando se produjo el incidente de los carteles; luego, cuando el juez abrió diligencias y después cuando se me citó a declarar. Y en todas esas ocasiones se me dijo que no era el momento. Después de archivada la causa, presenté mi dimisión con carácter irrevocable.
P. Pero la cobertura de TVG a los actos de la Vicepresidencia provocó una tensión política en el bipartito.
R. Sí, es lo que ha trascendido. Ha provocado algo más que una tensión política, ha abierto frentes que trascienden más allá de los socios de Gobierno. El hecho de que en un medio público se graben conversaciones privadas y se utilicen políticamente me resulta preocupante, intranquilizador, con independencia de que yo sea el protagonista de esas conversaciones. Pero no existe absolutamente ninguna relación entre mi cese y la crisis de la tele. Yo asumo mi responsabilidad por la imagen que doy en esas conversaciones. Ahora queda que eso se clarifique.
P. ¿Va a tomar alguna medida al respecto?
R. Valoro todas las posibilidades, no me cierro a ninguna.
P. ¿Este tema suscitó discusión entre el presidente y el vicepresidente de la Xunta?
R. No me consta. Esto no es un tema de hace un mes. Lo dije en privado y ahora puedo decirlo en público: la manipulación a la que se somete la información política en los informativos de TVG me parece escandalosa.
P. ¿Ha manifestado también el PSdeG en el Gobierno un malestar por cómo es tratado por el área de la TVG que controlan los nacionalistas?
R. La cuestión no es si nos gusta o no cómo salimos en la tele, sino lo que sale en la televisión. Hace poco se publicaron unos datos sobre los últimos tres meses de los informativos y por cada vez que Quintana aparecía como vicepresidente, salía cuatro Touriño como presidente. Y en apariciones totales el tiempo dedicado a Touriño era tanto como el de Feijóo y Quintana juntos. Mi queja es que a Quintana no se le trata como vicepresidente de la Xunta. Nadie me negará el derecho de los que ocupamos un cargo público a expresar nuestra opinión a ese respecto ante un responsable de Informativos. Todas las conversaciones que he mantenido han sido con cargos directivos de la compañía o de la redacción, no con redactores. Se puede discutir la forma en que trasladé esas valoraciones, pero son conversaciones privadas y no se habla igual que en las públicas.
P. ¿Provocó ese tema una discusión en el Consello de la Xunta del 30 de agosto?
R. Las deliberaciones del Consello son secretas y no tengo información sobre lo que pasa allí. De todo lo que he leído estos días, la principal acusación contra mí es que soy una persona de mal carácter. Tengo que confesarme culpable, lo admito. Y agradezco mucho las lecciones de educación que he recibido estos días y van a servirme para hacer autocrítica sobre mi manera de comportarme en público y en privado. Pero yo no soy el culpable de haber enviado a la policía al despacho de un alto cargo. No soy culpable de haber remitido un informe policial maquillado al juzgado. No soy culpable de haber escrito una carta calumniosa y amenazante al vicepresidente de la Xunta. Tampoco soy culpable de haber grabado una conversación privada.
P. Le van a sustituir en sus funciones tres personas. ¿Indica que estaba sobrecargado de trabajo o es muestra de la confianza que el vicepresidente tenía en usted?
R. Lo que indica es que nadie es insustituible. Mantengo una relación personal y profesional con Quintana por la que siempre estaré agradecido. He aprendido a su lado muchas cosas y espero que haya obtenido él también algún beneficio en ese sentido.
P. ¿Cómo será la Vicepresidencia sin usted?
R. Creo que mi ausencia no tiene la menor relevancia. Se va a dibujar una Vicepresidencia que seguirá avanzando. He cerrado un ciclo personal y político, he abandonado la vida política.
P. ¿No va a realizar tareas de asesoramiento?
R. No entra en mis perspectivas.
P. ¿Y si Quintana se lo pide?
R. Cuando los ciclos terminan, pues terminan. Pero es una pregunta muy difícil de contestar. Si la pregunta es si me apetece hacer algún tipo de actividad política sea en primer, segundo o tercer plano, pues no, ninguna.
P. ¿Cuál ha sido el grado de su influencia política en Quintana?
R. Nunca he entendido ese concepto de influencia. He ocupado un espacio como colaborador de Anxo Quintana durante mucho tiempo. He expresado mi opinión cuando me la ha pedido y todas las decisiones las ha tomado él. Quintana es un líder con una enorme capacidad de trabajo y decisión. He asumido que mi papel era trasladar mis opiniones y análisis, y gestionar siguiendo sus directrices las áreas encomendadas a mi cargo.
P. ¿El Quintana que tomó posesión como vicepresidente es el mismo que deja ahora?
R. No, pero yo tampoco soy el mismo. Él ha aprendido mucho como vicepresidente y yo como secretario general.
P. ¿Y qué ha aprendido usted?
R. Espero haber aprendido educación y buenas maneras. Y que la política es un arte mucho más complicado y sacrificado de lo que pensamos. Y esto me ha servido para ser una persona más humilde.
P. ¿Tiene malas relaciones con una parte del BNG?
R. Una de las satisfacciones de estos días es leer el sinfín de teorías que se han formulado sobre mi marcha. Cuando uno es el protagonista de esas valoraciones es divertido. La verdad es la que he expresado en esta entrevista. ¿Quién no tiene malas relaciones con una parte de su partido? ¿A qué político, a qué cargo público no le pasa eso? Si es verdad en mi caso, también lo es en el 100% de los políticos. Está en la lógica de la dinámica política. Pero esas relaciones no me han impedido desarrollar mi trabajo.
P. En un partido con la pluralidad ideológica del BNG salvar esta situación debe de ser más complicado.
R. Los conflictos dentro de los partidos no dependen tanto de la pluralidad ideológica como de la pluralidad de intereses. Uno está en una organización política porque cree en determinadas cosas y después cada cual traduce esa ideología en una serie de estrategias, de posiciones...
P. Pero el Bloque ha moderado en los últimos años su discurso.
R. La moderación ideológica del Bloque se inició mucho antes de Quintana y de Losada. El BNG inició hace mucho tiempo un camino, que es el que debe seguir. Nació en los 80, se consolidó en los 90 y a inicios de 2000 se produjo un relevo en las caras que protagonizan ese camino, esa dirección.
P. ¿La llamada de Quintana al electorado del PP para que busque su hueco en el BNG produce malestar en los sectores más izquierdistas del partido?
R. Como lo hay en el PP con los que consideran que hay que entenderse mejor con el Bloque o en el PSOE con los que creen que se debe mantener una relación más fluida y menos competitiva con el nacionalismo. Eso pasa en todos los partidos. Yo opino que mientras el BNG no pueda pactar estratégicamente, en cada momento y sobre un programa, con cualquier fuerza será un partido limitado en su capacidad política y el mapa político gallego será incompleto.
P. ¿Por qué son las próximas elecciones generales decisivas para el BNG?
R. Esas elecciones van a estar extraordinariamente disputadas. Es fácil predecir que nadie va a tener una mayoría para gobernar en solitario y que cada diputado en Madrid va a tener su precio en oro. Los partidos que no son de ámbito estatal afrontan un momento decisivo, porque en el mapa político que saldrá de ahí van a tener que aprender a jugar a derecha e izquierda. El Bloque, que espero consiga un buen resultado, tiene una oportunidad interesante para ir preparando a su electorado y a su militancia a algo que es inexorable. No tiene sentido tener un discurso político que te condena a pactar sólo con un partido.
P. ¿Está preparada la militancia del BNG para pactar con el PP?
R. Devuelvo la pregunta: ¿Está preparada la militancia del PP para pactar con el Bloque? La militancia nunca está preparada.
P. ¿Cuáles son las reclamaciones de competencias más acuciantes para el Bloque?
R. No es tanto una cuestión de competencias. La clave del escenario de negociación que iniciamos era establecer un nuevo tipo de relación basada entre gobiernos iguales. Creo que la negociación está encarrilada.
P. ¿Qué han aportado estos dos años de bipartito a Galicia?
R. Es la primera vez en este país que un Gobierno coloca la política social en el eje de sus prioridades. Para el PP, Asuntos Sociales era lo que nadie quería. Pero destacaría la Ley de Igualdade no Traballo y la Lei Integral contra a Violencia de Xénero. También se han producido cambios importantes en la política industrial, con una estrategia sólida, y se está produciendo una modernización potente en servicios sociales básicos de la sanidad y la educación. Este Gobierno tiene además una visión muy distinta en la ordenación del territorio. Que sea un bipartito va a ayudar a que la política gallega deje de ser ese cementerio de silencio que fue durante 16 años. La política es discrepancia.
P. ¿Y qué ha aportado el Bloque a esa política de bipartito?
R. La gran aportación de los dos socios de gobierno es que se pueden mantener perfiles propios, diferencias y visiones alternativas y que el Gobierno funcione. Es un Gobierno mucho más divertido que los anteriores, especialmente desde que se fue Cuiña, que aportaba el espectáculo.
P. ¿Por qué ha habido tantas llamadas a la lealtad?
R. Hay una parte del PSOE que vive persiguiendo un sueño imposible: absorber por completo el espacio electoral del Bloque. Ser competitivo te hace ser desconfiado. Es un problema que el PSOE debería repensar.
P. ¿El BNG teme no rentabilizar su acción de gobierno?
R. Sería poco inteligente si no tuviera ese temor. Ya le ha pasado en muchos ayuntamientos. Pero eso no se puede traducir en una estrategia de desconfianza. Sería cometer el mismo error de una parte del PSOE. Dos socios de gobierno pueden ganar, cada uno lo que le corresponde. No puede haber una estrategia de anulación del socio ni de poner chinitas en el camino del otro.
P. A usted se le atribuye el papel de bloqueador de proyectos como el de la Lei de Publicidade Institucional.
R. Queríamos introducir en esa ley la prohibición expresa de los convenios con medios de comunicación y ése era el punto de discrepancia.
P. ¿Habrá reforma en la radio y televisión autonómicas?
R. Tanto el presidente como el vicepresidente han dicho que cumplirán ese compromiso. Quedan dos años de legislatura y es tiempo suficiente para cumplirlo.
P. ¿Es partidario de modificar las relaciones del Gobierno con los medios de comunicación?
R. A mí se me han acusado de hacer muchísima publicidad, pero yo creo que es un ejemplo de transparencia. Los gobiernos del PP hacían muchísima publicidad que se disfrazaba. Desde la Vicepresidencia todo lo que hemos hecho con dinero en medios de comunicación el ciudadano lo ve y a él le corresponde valorar si está bien. Las consellerías del BNG lo han hecho así.
P. No todas.
R. Mayoritariamente sí. La publicidad es una herramienta fundamental de la acción de gobierno. Es muy difícil que una mujer pueda pedir el salario de la libertad si sólo se publica en el Diario Oficial de Galicia.
P. ¿La otra parte del Gobierno lo hace?
R. No, la otra parte no.
P. ¿Está a favor de las ayudas directas a los medios?
R. No, estoy a favor de la publicidad institucional. Lo que me parece escandaloso es que aparezca en un periódico dos páginas en las que se ha pagado por salir y se presente como entrevista.
P. El último informe del Consello de Contas revela que la Xunta de Fraga dio sólo en un año 14,8 millones de euros en subvenciones directas a los medios. ¿Sigue igual la situación?
R. La Vicepresidencia y las consellerías del BNG han erradicado la práctica de firmar convenios. Gracias a este humilde servidor hay un decreto que regula el registro de convenios.
P. Está incompleto.
R. Porque no envían la información. Y son fundamentalmente las consellerías del PSOE las que no lo hacen.
P. ¿Qué opina del conflicto que se ha creado con la enseñanza del himno en las galescolas?
R. Me parece una polémica absurda. Es increíble que en este país haya alguien dispuesto a convertir en un problema que a los niños de cualquier edad se les enseñe una canción.
P. El problema se planteó dentro del Gobierno.
R. Yo no lo planteé. Si Valle Inclán viera el comportamiento del PP en este tema, de una parte de la prensa de Madrid y de los medios de Galicia pensaría que se quedó corto.
P. ¿Qué opina de la ruptura del consenso sobre el gallego en la enseñanza por parte del PP?
R. El PP de Galicia se está equivocando, está asumiendo un discurso que en Galicia los coloca en una posición muy difícil. En Galicia el problema no lo tienen los padres que quieren educar a sus hijos en castellano, el problema lo tenemos los que queremos hacerlo en gallego.
P. ¿Cuántas crisis dentro del bipartito se lleva como recuerdo?
R. Las mismas que se producen en cualquier gobierno. Todas las tensiones que recuerdo han sido normales. Las cosas importantes siempre se han resuelto de manera eficaz, y quizás por eso anécdotas y problemas irrelevantes por cuestiones como el carácter de Losada se acaban convirtiendo en agenda política.
P. ¿Sin su presencia el bipartito tendrá menos problemas?
R. Sin Losada el bipartito tendrá las mismas tensiones. Las dos leyes más importantes de este Gobierno las ha negociado Antón Losada. A ver cuántas más salen con tanto consenso.
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