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Columna
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Moderados

Manuel Rivas

La consigna es moderación. A derecha e izquierda, llegan las voces de los maitines y el petit comité perfilando la moderación. Dispensando, suena así: moderación, señores, joder, moderación, me cago en Júpiter Óptimo Máximo y caña al mono hasta que hable ruso. ¿Podemos dar entonces por felizmente terminada la Era de la Crispación? Pues no exactamente. Estamos ante una modalidad genuina de moderación. La Moderación Crispada. Una posible aportación hispana a la historia de las ideas políticas, como en su día fue la definición de la dictadura con el eufemismo de "sincretismo corporativo", que más parecía una talla textil que un régimen ruin. Ahora, en esta etapa preelectoral, todas las maquinarias partidarias, con alguna excepción de política indie, se han puesto a fabricar producto moderado. La competencia por la moderación va a ser atroz. Por de pronto, ya se han empezado a caer los moderados. Cayó Gallardón, a su manera, que es la de caer siempre de pie. Cae Josu Jon Imaz, el nacionalista moderado, para que el nacionalismo vasco no deje de moderarse. La derecha también está indignada porque el presidente Zapatero se modera. Le van a armar un cisco moderado. Lo ocurrido en el Senado, con García Escudero, portavoz de la moderación extremista, me recuerda una historia de popular laicismo moderado. Un sacerdote pidió donativos a los feligreses para "mantener a los santos". Y un paisano respondió: "Tráigame los santos a casa, que los mantengo yo". Ésa es la impresión que tiene la derecha. Tres años de procesión. Tres años de rogativas. Tres años de Apocalipsis. Y viene el Hostis Antiquus, el viejo enemigo, y se lleva los santos. ¡Con lo que les gusta a los socialistas tener los santos en casa! El radicalismo inteligente de Zapatero ha salvado al socialismo español del apolillamiento. Véase la extinción en Italia y el estado de incredulidad al que han llegado los socialistas en Francia. El radicalismo obtuso ha enfeudado a Rajoy, atrapado en los espejos del esperpento, con una imagen deformada de España. Uno de esos espejos muestra a Fraga, reaparecido en la última crisis como referente de la moderación. Así es la moderación crispada. Vas tranquilo río arriba y de repente te encuentras en el corazón de las tinieblas, musitando: ¡qué horror!

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