Villepin declara como inculpado en el 'caso Clearstream'
El ex primer ministro francés Dominique de Villepin compareció ayer ante los jueves en condición de imputado por "complicidad en denuncias difamatorias" y "complicidad en el uso de falsificaciones" en relación con el llamado caso Clearstream, una trama de corrupción relacionada con falsos listados de cuentas bancarias que, supuestamente, Villepin, desde su puesto de ministro de Exteriores, intentó instrumentalizar contra el ahora presidente Nicolas Sarkozy para acabar con su carrera política. Villepin podría ser condenado hasta a cinco años de prisión.
Ayer, antes de entrar en la sala, Villepin aseguró que aportaba "nuevos elementos" que podrían probar su inocencia ante los jueces, o al menos señalarles "otra lectura" del caso. El ex primer ministro asegura que el caso Clearstream no tiene ninguna connotación política, sino que forma parte de una batalla industrial, la que se desató por la sucesión de la cúpula dirigente del consorcio aeroespacial europeo EADS.
Los famosos listados bancarios de la sociedad financiera luxemburguesa de este nombre, que supuestamente servían para cobrar las comisiones millonarias sobre la venta de fragatas de la empresa Thompson a Taiwan, fueron puestas en circulación por un vicepresidente de EADS, Jean-Louis Gergorin, ahora también procesado. Entre otros nombres figuraban los de Sarkozy, el del ex ministro de Economía Dominique Strauss-Khan y otros políticos y empresarios. En una entrevista con L'Est Republicain, Villepin aseguraba ayer que "no tiene nada que reprocharse a sí mismo sobre este asunto".
A última hora de la tarde, Villepin seguía declarando ante los jueces Jean Marie d'Huy y Henri Pons, que llevan el caso en el que Sarkozy se ha presentado como acusación. A primera hora de la tarde hubo un receso que Villepin aprovechó para salir a almorzar. Ante los periodistas, insistió en que estaba "feliz" por poder aclarar lo sucedido. Al igual que cuando llegó por la mañana, Villepin se mostraba tranquilo y relajado, en un claro contraste con la imagen de hombre derrotado cuando a principios del verano la instrucción del caso se centró en su actuación.
Base de la acusación
La base de la acusación de los jueces contra el ex primer ministro es la declaración del general Philippe Rondot, uno de los hombres clave de los servicios de inteligencia franceses que actuaba como asesor de Villepin en Exteriores cuando, a finales de 2004, se produjo la conspiración. Rondot asegura que fue Villepin quien le pidió explícitamente que investigara la implicación de Sarkozy en el supuesto escándalo, cuando ya entonces todo señalaba que los listados de Clearstream eran falsos.
Los jueces rastrearon el disco duro del ordenador de Rondot descifrando los mensajes que habían sido borrados, y en los que el general había escrito las órdenes que le daba Villepin, actuando según instrucciones del entonces presidente Chirac. La lista de las cuentas bancarias secretas se hizo pública a través de una filtración a la prensa.
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