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El futuro de Europa

Los liberales de Holanda expulsan a la ex ministra de Inmigración

Isabel Ferrer

Los liberales holandeses de derecha, un partido que suele formar parte de las coaliciones gubernamentales y confinado ahora a la oposición frente a un Gabinete de centro-izquierda, perdieron ayer a su cabeza más visible. Se trata de Rita Verdonk, antigua ministra de Inmigración. Esta dirigente fue responsable de haber provocado una tormenta internacional al quitarle el pasaporte a Ayaan Hirsi Alí, la diputada holandesa de origen somalí amenazada por sus críticas al islam. Verdonk, que no dimitió cuando el Gobierno del que formaba parte en 2006 cayó por culpa de dicho escándalo, fue expulsada ayer de su grupo parlamentario. Esta vez, sus críticas contra sus colegas por haber dejado en manos de la extrema derecha el debate sobre la inmigración le han valido el portazo definitivo.

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De 51 años, con la seguridad que le da haber obtenido 620.000 votos personales en las pasadas elecciones -frente a los 60.000 logrados por Mark Rutte, el líder de su partido- y sólo tres años de experiencia como ministra, Rita Verdonk se mostró ayer asombrada por la expulsión. Según ella, sus palabras sobre la "invisibilidad de los liberales de derecha en la discusión sobre la inmigración, que ha dado alas al Partido para la Libertad [favorable a la expulsión de los musulmanes de Holanda y a prohibir el Corán], han sido sacadas de contexto por completo". La mayoría de su grupo parlamentario no lo vio así y la echó. Rutte, que mantenía con ella una relación profesional muy forzada, se desahogó cuando quedó clara su marcha.

"De verdad de derechas"

"Es demasiado. Declaraciones así no contribuyen a edificar un partido sólido", manifestó. Rencillas personales aparte, desde un punto de vista formal el líder liberal tenía razón. El pasado junio, y tras un nuevo choque con una Verdonk que le acusó de no ser "de verdad de derechas", había ordenado a sus diputados que sólo hablaran de su labor parlamentaria. En el caso de la ex ministra, se trataba de Educación y Juventud, un asunto que no parecía colmar sus ambiciones. Porque "Rita, la mujer de hierro" del vocabulario popular, está acostumbrada a mandar.

No dimitió al arrebatarle el pasaporte a Hirsi Alí por haber mentido sobre sus apellidos al pedir asilo en Holanda para evitar un matrimonio forzado. Tampoco lo hizo cuando se vio obligada a devolvérselo en plena tormenta parlamentaria. Ni siquiera se marchó en diciembre de 2006 al negarse a amnistiar a 26.000 inmigrantes que habían pedido refugio antes del año 2001, tal y como exigía de nuevo la Cámara. Un "perdón general", según la terminología oficial, que llegaría de todos modos al tomar posesión el actual Gobierno de centro-izquierda. Arropada por el tirón popular de que disfruta, aunque despojada de su carné liberal, Verdonk barajaba anoche fundar su propio partido.

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