Heridos graves dos militares al estrellarse un helicóptero en Lugo

El teniente general Fernando Torres González, de 61 años, y el alférez de navío Antonio Baz Chamorro, de 32, ingresaron ayer en estado grave en el complejo hospitalario Xeral-Calde, de Lugo, tras estrellarse el helicóptero con el que habían despegado instantes antes en la localidad luguesa de Baleira. Los mandos militares habían viajado al lugar para visitar al personal del Ejército que trabaja en las tareas de prevención de incendios.

"Sentimos un crac, pensamos que era algo del helicóptero en el aire y resulta que fue el ruido del aparato al impactar contra el suelo", comentó uno de los testigos que había presenciado la visita, de poco más de media hora, de los dos mandos militares. Esta misma fuente relató cómo, tras el despegue, el helicóptero apenas logró sobrevolar unos 400 metros. "Pasaron tan sólo unos segundos y ya dejamos de escuchar el ruido del rotor. Enseguida vimos el aparato siniestrado en el suelo, porque la niebla impedía ver lo que sucedió en el poco tiempo que estuvo en el aire", agregó.

La aeronave, perteneciente a la VI escuadrilla de la Armada Española con base en Rota (Cádiz) y que operaba desde la localidad de Santiago de Compostela, impactó contra el suelo del Monte das Penas sobre una vegetación típica de monte raso. Militares y agentes de la Guardia Civil corrieron hacia el lugar del accidente y allí se encontraron con el autogiro partido en dos a la altura de la cola.

El teniente de navío apareció en la zona de la cabina y el piloto cerca de la parte posterior del aparato. Este último fue el peor parado ya que sufrió varios politraumatismos con fracturas en la pelvis, ambas extremidades inferiores y un hombro, además de un traumatismo facial, aunque siempre permaneció consciente y orientado. Tras una primera revisión en el servicio de urgencias fue trasladado a la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) para ser sometido a una primera intervención quirúrgica.

El teniente general, que tiene su destino en Barcelona, sufrió una luxación completa de la rodilla izquierda, de la que fue intervenido en un primer momento para proceder a una reducción. A última hora de la tarde se encontraba en el servicio de reanimación pendiente de su ingreso en la planta de traumatología, donde quedará a la espera de una nueva operación en las próximas semanas. Aunque en estado grave, los dos heridos permanecen "estables y con buena evolución", según avanzó el director gerente del complejo hospitalario, Miguel Ángel Fernández.

Instantes después del accidente la Guardia Civil acordonó la zona e impidió cualquier aproximación a la aeronave siniestrada, que permanecerá en el lugar hasta que así lo determine una comisión de investigación militar que se encargará de esclarecer las causas del accidente.

Hasta el centro hospitalario se desplazaron varios mandos militares, entre los que se encontraba el teniente general jefe de la Fuerza Logística con sede en A Coruña, Juan Yagüe, varios pilotos de la misma escuadrilla a la que pertenecía el alférez herido y, entre otros, el general jefe del Estado Mayor con sede en Barcelona, José Antonio Albiñares, quien agradeció a la Virgen del Carmen que "afortunadamente tan sólo estén heridos". Además, en una conversación con las víctimas pudo constar que estaban conscientes y, precisó, "tan sólo un poco aturdidos como suele ser habitual en este tipo de sucesos".

Sobre el origen del accidente ninguno de los mandos militares consultados se quiso pronunciar en tanto no concluya sus labores la comisión investigadora. Fue el propio general Albiñares quien indicó que, por ahora, "tan sólo se puede hablar de que las causas son las propias de un accidente". "Siempre que ocurre un accidente de estas características se inicia una investigación perfectamente estandarizada", concluyó.