10.000 afectados por un accidente del metro

Entre 20 y 40 minutos más invirtieron ayer los usuarios de la línea 3 del metro de Valencia si su recorrido incluía superar el tramo entre las estaciones de Almàssera y Meliana. El miércoles, a las 19.43, Ferrocarrils de la Generalitat (FGV) tuvo constancia de una incidencia entre las estaciones de Almàssera y Meliana. El maquinista que conducía un convoy en dirección a Valencia se percató de que la vía no estaba en condiciones. Tiró del freno de emergencias y el tren descarriló levemente. Cinco personas fueron atendidas en el lugar y una quinta trasladada al hospital clínico por una herida en un hombro. La plataforma y la catenaria que había a pocos metros, sobre un puente, estaban destrozadas. Un camión pluma de una empresa de Picassent se había enganchado al tratar de pasar por debajo. Era la primera vez que hacía el recorrido. Se quedó encajonado y arrastró la estructura de la línea férrea. El conductor fue uno de los heridos leves. Ayer prestó declaración en el juzgado.

FGV no dispone de un sistema que le alerte de una incidencia como la que sufrió el miércoles

El Centre de Coordinació d'Emergències avisó por su parte a FGV de que algo podía haber pasado entre Almàssera y Meliana a las 19.56, alertado por un vecino. Se movilizaron efectivos de policía local, Guardia Civil y servicios sanitarios,

El tráfico quedó desde ese momento interrumpido. FGV puso en marcha un servicio de transbordo de viajeros, compuesto por cinco autobuses, para los pasajeros entre las estaciones de Almàssera y Meliana. Ese servicio, que recorre la distancia entre ambas estaciones por la antigua carretera de Barcelona, fue utilizado ayer por 10.000 viajeros, según FGV. En las horas punta, 500 pasajeros en cada sentido.

En los tramos de menor intensidad de tráfico, el recorrido tardaba 20 minutos. Durante buena parte del día, se hacía 40 y hasta 45. "Yo tardo 18 minutos desde la estación de Facultats hasta mi casa, en Massamagrell. Esta mañana, a las ocho, he tardado una hora. Y esta tarde, mira, lo hemos cogido a las cinco y cuarto, y yo a las seis menos cuarto ya estoy en mi casa", explicaba Carmen López, empleada de limpieza.

Entre tres y cinco minutos pasaron desde que el camión pluma se enganchó hasta que se acercó el tren que circulaba en dirección hacia Valencia. FGV no tuvo constancia del siniestro hasta que el maquinista se apercibió del estado de la vía. No existe ningún dispositivo que alerte de ello porque no se trata ni de un paso a nivel ni de una barrera ni hay un semáforo. Es decir, el maquinista no tuvo ni podía haber tenido información de lo que se iba a encontrar porque la red no tiene un sistema que alerte al puesto de mando de un incidente como el que ocurrió el miércoles y en el que la plataforma era impracticable. Su pericia evitó un accidente de mayores proporciones.

Después de la retirada del tren de la zona siniestrada, técnicos de FVG trabaron en la restitución y arreglo de la estructura del puente. Esas tareas se prolongarán hasta mañana sábado, según la compañía. FGV explicó también ayer que emprenderá acciones legales contra el titular o la empresa propietaria del camión.

Mientras los operarios despejaban ayer la zona del accidente y los responsables de la empresa mantenían reuniones técnicas, los usuarios se enfrentaron a un incidente con actitudes de sorpresa, para los más madrugadores, o de resignación, de los que conocieron la noticia y se habían preparado para lo peor. "Cuando lo he escuchado en la radio, he dicho, bueno, cógelo con calma que ya veremos cuándo llegamos", relató Alfonso Picó, de Quart de Poblet.

"A las seis y media de la mañana todo ha ido deprisita y bien, pero ahora por la tarde, es un caos, llevo más de una hora en un trayecto en el que tardo 20 minutos", precisó Rafael Sáez. En las estaciones, personal de FGV guíaba a los pasajeros hasta las paradas de los autobuses.