Convertidos a punta de fusil
Los misioneros surcoreanos describen su secuestro por los talibanes
Los misioneros cristianos surcoreanos secuestrados en Afganistán durante seis semanas explicaron ayer que los talibanes les maltrataron y les ordenaron convertirse al islam, amenazándoles incluso con un fusil, además de obligarles a "trabajar como esclavos" durante su cautiverio.
Los 21 rehenes, liberados el pasado mes (otros dos fueron asesinados), recibieron ayer el alta hospitalaria. Según los médicos, algunos de ellos necesitarán aún ayuda psicológica. "Nos golpeaban con ramas y nos pateaban. Algunos secuestradores nos amenazaron con matarnos si no nos convertíamos", explicó después Jae Chang-hee, uno de los misioneros, en una conferencia de prensa.
El grupo, añadió, estaba encerrado en un pequeño cobertizo y debía cargar agua y allanar los caminos para el paso de motocicletas. Los misioneros se disculparon de nuevo por "los problemas causados". El Gobierno surcoreano mantiene el mutismo sobre el pago de un rescate, que según los talibanes ascendió a 14 millones de euros.
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