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Reportaje:EL RIVAL DE HOY | Eurobasket | Cuartos de final

A la sombra de los líderes

Okulaja, que jugó en cinco equipos ACB, complemento básico de Nowitzki

Robert Álvarez

A la sombra de Vince Carter durante su etapa de formación en la prestigiosa universidad de Carolina del Norte; de Jasikevicius, Karnisovas y Dueñas durante su etapa en el Barcelona; y de Nowitzki siempre en la selección alemana, Ademola Okulaja (Lagos, Nigeria; 1975) es uno de los muchos jugadores de alto nivel que por una u otra razón se quedan en el segundo plano en el escaparate. Pero de gente como él depende la suerte de una selección como Alemania, tan dependiente de Nowitzki. Okulaja, a sus 32 años, afronta uno de los últimos retos de su larga carrera. Su objetivo es estar en la final del Eurobasket como hace dos años y obtener el billete para disputar los Juegos Olímpicos de Pekín 2008.

"Prefiero jugar en un equipo grande que ser la estrella en uno pequeño"
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Nowitzki es la llave de paso

Hijo de padre nigeriano y madre alemana, su familia abandonó Lagos y se trasladó a Berlín cuando tenía tres años. Siendo muy joven, empezó a jugar al baloncesto y se prodigó junto a uno de sus mejores amigos en torneos de streetball. Corre la leyenda de que nunca perdieron. Después de jugar en un par de equipos alemanes de segunda fila, recibió una beca para estudiar en la universidad de Carolina del Norte, en la que estuvo a las órdenes de Dean Smith, un técnico legendario. En 1999, después de una temporada en la que fue capitán de Carolina del Norte, concluyó su etapa en la Academia de Estudios Internacionales y fichó por el Alba de Berlín. Intentó hacerse un hueco en la NBA, en las filas de los Sixers de Filadelfia, pero apenas gozó de oportunidades, y prefirió aceptar una oferta del Girona para jugar en la Liga ACB.

Después de destacar en Girona, fue fichado por el Barcelona, con el que ganó la Liga en 2002. "En mi carrera, he jugado al lado de muy buenos jugadores que tenían papeles más importantes que yo, aunque siempre he tenido una responsabilidad, especialmente en el aspecto anotador. Para mí, lo verdaderamente importante es mejorar cada año. Prefiero jugar en un equipo grande que ser la estrella de uno pequeño", afirma.

El pívot alemán admite que, cuando empezó a oír hablar de Nowitzki, antes de que la estrella alemana diera el salto a la NBA, ni siquiera lo conocía. "Me preguntaba: '¿Quién es ese chico?'. Ha demostrado que es mucho más que una estrella. Es un jugador que, pese a su gran categoría, se integra como uno más en la selección, que se sacrifica como el que más y que cada verano trabaja incluso con su entrenador personal". Okulaja es el primero en haber comprobado, en los entrenamientos, lo difícil de parar que es su compañero. "Su tiro es imposible de taponar. Es muy alto y tira desde muy arriba y muy atrás. Lo he intentado taponar muchas veces. Es imposible", admite.

Después de su estancia en el Barcelona, Okulaja jugó en el Unicaja y pasó otra corta etapa en los Jazz de Utah antes de regresar a Girona para después fichar por el Pamesa. Entonces sufrió una grave lesión que le mantuvo durante muchos meses alejado de las pistas. Cuando lo hizo fue en las filas del Jimki, de Rusia, antes de aceptar la pasada temporada una oferta del Etosa de Alicante, su quinto equipo en la ACB. Ahora, con la ilusión de disputar los Juegos -"uno de los pocos retos pendientes en mi carrera"-, ha sido fichado por el Bamberg, el equipo que dirige el seleccionador alemán, Dirk Bauermann. "España lo tiene todo, pero queremos romper el pronóstico, como ante Italia", avisa.

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Sobre la firma

Robert Álvarez
Licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona, se incorporó a EL PAÍS en 1988. Anteriormente trabajó en La Hoja del Lunes, El Noticiero Universal y el diari Avui.

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