"Un reparto conocido por la televisión no garantiza llenar los teatros"
El Arriaga estrena la versión de Salir del armario concebida por Juan José Arteche y dirigida por José Luis Sáiz. José Luis Gil (Zaragoza, 1957), popular por su participación en series televisivas como Aquí no hay quien viva o La que se avecina, protagoniza esta comedia de Francis Veber que ironiza sobre la hipocresía social ante la homosexualidad.
Pregunta. ¿Cuál cree que es el objetivo último de Veber?
Respuesta. Hacer reír. Lo que pasa es que tiene muchos recursos como autor y siempre le gusta que no sea un simple chiste. También La cena de los idiotas era muy cruel de entrada y con ese pretexto desarrollaba situaciones, que es lo que maneja muy bien.
P. ¿Sería capaz de hacerse pasar por homosexual, como su personaje, para conservar un puesto de trabajo?
R. No, y él tampoco. Le meten en ese embrollo porque está muy desesperado y cree que no tiene nada que perder
P. ¿Existe discriminación sexual en el teatro y la televisión españoles?
R. El sistema es discriminador sexual, sin duda, pero no sólo con los homosexuales. La mujer lleva años incorporada al mercado laboral y aún hablamos de cómo una con igual trabajo y preparación sigue teniendo menor remuneración que un hombre. Y claro que hay discriminación con la homosexualidad; lo que pasa es que no está bien visto decirlo abiertamente.
P. ¿Un reparto conocido por su trabajo en televisión garantiza llenar los teatros?
R. No tiene por qué. Está claro que la televisión muestra tu trabajo e implica que cuando te presentas ya saben quién eres y puede que haya alguien que tenga la curiosidad de verte sobre un escenario, pero eso no llena teatros. Puede ser un reclamo para que la gente acuda, pero, si le defraudas, no va a ir a verte. El público no es que sea cruel en eso; es justo.
P. ¿Supone un aliciente trabajar con el texto de un autor contemporáneo?
R. Sí, y en el caso de Francis Veber es también una garantía. Es uno de esos autores que marcan unos mínimos muy buenos. Maneja perfectamente la comedia. Antes de aceptar este papel me ofrecieron hacer una cosa dramática, "para que vean que también puedes hacerlo". En principio, me dejé llevar un poco, pero un día me dije: "Yo no tengo que demostrar nada a nadie", entre comillas. No tengo esa necesidad. Lo que quiero es pasármelo bien, hacer algo que me apetezca mucho.
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