La piel de la nación
Con frecuencia, la rutina del trabajo nos lleva a romper los hábitos adquiridos y replantearse las cosas de una manera diferente. Es una manera de romper el hastío y, en no pocas ocasiones, la forma de innovar por el camino de una nueva forma de expresión. Así, las tradiciones quedan atrás y los tiempos marcan otros caminos, difíciles al comienzo y admirados con el tiempo.
Dentro de esta dinámica donde las convenciones quedan apartadas puede encuadrarse la obra del japonés Shomei Tomatsu (Nagoya, 1930), que durante los próximos días puede verse en Bilbao.
Se trata de una exposición repartida en distintos apartados temáticos y englobada bajo el título La piel de la nación. Una piel hecha a jirones, con los distintos matices de una sociedad que trata de reencontrase después de una guerra. Puede ser en color o en blanco y negro. Las fotografías tienen composiciones atrevidas y variadas. Rompe códigos compositivos clásicos. Escapan del tamaño mural, porque el vigor de sus reducidas dimensiones resulta más que suficiente para llenar de emoción al visitante más exigente.
El autor marca una nueva trayectoria en el quehacer fotográfico de su país. Sus primeros pasos fueron como fotoperiodista para la editorial Iwanami y luego como free lance para distintas revistas ilustradas. En 1959, funda con los fotógrafos Hosoe y Narahara la agencia Vivo, desde la que distribuye sus imágenes. Su actividad radical trastoca la tradición fotográfica. Se aparta del realismo objetivista y se sumerge en una nueva trayectoria del documentalismo con imágenes fragmentadas y simbólicas, abiertas a interpretaciones complejas para explicar la evolución de Japón tras la Segunda Guerra Mundial. Su mirada se carga de pesimismo y crítica mordaz a la americanización de la sociedad nipona. En diez capítulos plasma el Antes, nombre de una de las series, y el después con la Posguerra y las secuelas de la bomba atómica de Nagasaki. La americanización se engloba bajo el irónico titulo Chewing gum and chocolate. En Underground city repasa los fondos más oscuros de Tokio, donde sobresale un erotismo amargo. El sur resulta un tanto melancólico. La post-posguerra es el único apartado resuelto totalmente en color.
Vistas cenitales, detalles de los pies de una anciana viendo un televisor, residuos industriales o el detalle de una pieza electrónica quieren hablar de futuro. Con una magnifica recopilación de su colección privada el autor nos ofrece una lección magistral de fotografía y relato social.
La piel de la nación. Shomei Tomatsu. Aula de Cultura de la BBK. Elcano, 20; Bilbao. Hasta el 3 de octubre. Horarios: de lunes a viernes, de 10.00 a 13.30 y de 17.00 a 21.00; sábados, domingos y festivos, cerrado.
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