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Reportaje:

Albuñol firma la paz con el arzobispo

El acuerdo alcanzado garantizará un destino en la diócesis al joven párroco y un nuevo sacerdote para el pueblo

Los vecinos de Albuñol sellaron ayer la paz con el arzobispo de Granada, Francisco Javier Martínez, tras la decisión de éste de trasladar a otra parroquia al joven sacerdote Gabriel Castillo, un cura muy comprometido con los necesitados y muy querido por los feligreses. "Son ya muchas semanas pidiendo que vuelva Gabriel y va a ser imposible. Esto no puede ser eterno, somos humanos y tenemos nuestras vidas y nuestras familias", dijo ayer Custodia Manzano tras reunirse con Martínez junto a otros cuatro feligreses y recibir las explicaciones de la máxima autoridad eclesiástica de la provincia. A las 12.00, una delegación compuesta por cinco vecinos de Albuñol fue recibida en un salón de la curia por el arzobispo de Granada. Durante dos horas, Martínez dialogó con quienes le han plantado una dura batalla desde que hace más de dos meses decidiera trasladar, sin dar ninguna explicación, al joven párroco del pueblo, Gabriel Castillo, conocido como el "cura de los senegaleses" por albergar a inmigrantes sin papeles en su propia casa.

El prelado apeló a la "solidaridad cristiana" de los vecinos y alabó su cariño al cura

Una de las reivindicaciones de los vecinos desde que se produjo el traslado fue que el arzobispo les explicara en persona los verdaderos motivos del traslado de Castillo. Los feligreses creen que fue promovido por un grupo de monjas poco conformes con la solidaridad mostrada por el cura con los inmigrantes musulmanes.

Ayer, el arzobispo dijo a la comitiva que el traslado de Gabriel no respondía a la necesidad de acercar a algunos párrocos jóvenes a la capital. "Hemos llegado a un punto en el que poco importa si es verdad o si es mentira, el camino se ha ido estrechando. Al menos el arzobispo nos ha recibido, ha sido correcto y ha reconocido nuestro esfuerzo y escuchado nuestras razones", dijo Manzano, que aseguró no haberse sentido intimidada durante la reunión: "le he tratado como a una persona, nunca me he sentido achicada".

Los vecinos volvieron a pedir a Martínez, esta vez en persona, que les devolviera a Gabriel, lo que en su opinión sería de un enorme beneficio para el pueblo. "Se trata de una persona muy querida que ha hecho mucho por la gente y es necesario en un lugar tan lejos del mundo como es Albuñol", reiteró Manzano. Tras escuchar las razones de los vecinos, Martínez apeló a su "solidaridad cristiana" y les felicitó por "querer de esta manera tan especial a Gabriel", que tendrá un destino dentro de la Diócesis, según aclaró el propio arzobispo.

"Ya estamos en paz. Ha sido una reunión muy positiva que ha servido para que los problemas se solucionen dentro de la Iglesia. En la actualidad, no quedan fisuras entre nosotros", declaró el arzobispo tras la reunión.

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Menos contundentes se mostraron los vecinos, que emitirán hoy un comunicado en el que se hará pública la postura de abandonar las protestas. "Han sido unas semanas muy complicadas. No es sencillo sentarse a dialogar con la persona que nos ha quitado a Gabriel, pero se han limado muchas diferencias", dijo Javier Noguer.

La paz, que podría sellarse hoy mismo, garantizaría un buen destino al joven párroco, que se ha mantenido durante estos dos meses al margen de toda la polémica. Además, devolvería los cultos a Albuñol, mediante la incorporación de un nuevo sacerdote que se hará cargo de la iglesia el próximo domingo oficiando su primera misa. "El arzobispo nos ha pedido que le recibamos bien y lo vamos a hacer. No porque estemos conformes con la decisión, sino porque él no tiene la culpa de todo lo que ha sucedido, imagino que no será agradable llegar así a ningún sitio, por lo que no tendrá ningún problema", aseguró Manzano, visiblemente cansada ante una auténtica maratón de movilizaciones que ha convertido Albuñol en uno de los protagonistas del verano.

La plataforma de apoyo al cura saliente suspenderá la manifestación programada para el próximo día 9 en la capital granadina, que recibió la autorización de la Subdelegación del Gobierno. "Se ha terminado el enorme daño que era para Albuñol estar sin cura. También hemos aclarado algunas cuestiones que era importante aclarar. Ha sido muy positivo", dijo Daniel Morales, otro de los vecinos reunidos.

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