El 'efecto Diana'

Me llama la atención su opinión en el editorial de hoy de que la difunta princesa de Gales "vino a encarnar el cambio en la sociedad británica". Tengo que preguntar, precisamente, ¿cuál es este cambio? Sigue la vida cotidiana de mis compatriotas, sus preocupaciones son las relacionadas con cualquier moderna sociedad -las hipotecas, el precio de la vivienda, la inflación, la delincuencia, el clima-, pero hay que decir que a muchos del pueblo llano los vaivenes del palacio de Buckingham no nos quitan el sueño.

Diez años después, poco ha cambiado: como se reconoce en su propio editorial, hoy la monarquía británica cuenta con altas cotas de aprobación. El puñado de admiradores que se encontró el viernes pasado en las puertas del palacio de Kensington, la presencia en el acto religioso de celebridades como sir Elton John o el señor Mario Testino, el fotógrafo favorito de la princesa, y el aliento de la infame prensa amarilla británica, no deberían suponer que toda una nación otra vez está de luto.

Una parte importante de los ciudadanos británicos consideramos la vida y la trágica muerte de Lady Di otra anécdota de la pintoresca historia de nuestro pueblo y su familia real. Sólo me hago eco de las sabias palabras de la homilía del obispo de Londres en la capilla de los Guardias Reales: pongamos fin a todo esto.