Panamá se hace más grande
Miles de personas celebran como un éxito nacional el inicio de la ampliación del canal
Los panameños celebraron ayer el inicio formal de las obras de ampliación del canal de Panamá, un ambicioso proyecto de 5.250 millones de dólares (unos 4.000 millones de euros). La construcción de una tercera vía en el paso interoceánico -que está previsto que entre en funcionamiento en 2014, aunque las obras no estarán completamente terminadas hasta cinco años después-, mantendría afinado el motor de la economía del país ombligo de América, y en alto el orgullo de manejarlo al margen de EE UU.
Los 15.000 kilos de dinamita que estallaron en el cerro Paraíso desencadenaron una fiesta de júbilo y orgullo nacional. Miles de panameños se acercaron al extremo en el Pacífico del canal para apreciar el inicio de las ambiciosas obras, con las cuales el Gobierno pretende aceitar el motor de su creciente economía y reforzar el sentimiento de soberanía. La ampliación se inicia siete años después de recibir de EE UU el control del paso entre los océanos Pacífico y Atlántico.
La palabra "soberanía" fue la base del mensaje en un acto que convocó a varios presidentes
Griterío, bocinazos en Ciudad de Panamá, globos en el cielo y la letra de la canción Patria, del salsero Rubén Blades, fueron los ingredientes que acompañaron por la mañana lluviosa a los discursos del presidente, Martín Torrijos, y del ex presidente de Estados Unidos Jimmy Carter, firmante del tratado que permitió en 1977 comenzar el proceso para acabar con el control estadounidense que se posó durante todo el siglo XX en el canal y en territorios adyacentes.
La palabra "soberanía" fue la base del mensaje en un acto en el que participaron los presidentes de Colombia, Álvaro Uribe; El Salvador, Elías Antonio Saca; Nicaragua, Daniel Ortega, y Honduras, Manuel Zelaya. Torrijos subrayó que el proyecto que acomete Panamá representa un logro más de lo que su país puede afrontar de manera autónoma. "Estamos diciendo al mundo que los panameños podemos manejar este proyecto", destacó la ingeniera Sixta de Rodríguez, portavoz de la Autoridad del Canal de Panamá (ACP).
La construcción de un tercer juego de esclusas permitirá al único paso acuático interoceánico del mundo atender buques llamados pospanamax, cuyo enorme tamaño es cada vez más valioso para los comerciantes entre el noroeste de Asia y la costa atlántica de Estados Unidos, así como entre el pacífico suramericano y Europa.
Los barcos ya no son tan pequeños como el Titanic. El transatlántico de 1912 no era más que una aproximación hacia los actuales buques de 50 metros de manga y 266 de eslora con capacidad para 12.000 contenedores. Su uso es cada vez más frecuente y la lista de producción lleva cola en los astilleros del mundo.
Las obras comienzan 65 años después de que EE UU abandonase la idea de construir una tercera vía acuática para combatir en la II Guerra Mundial. Tras haber asumido en 2000 el control total del canal y haber celebrado un referéndum nacional en 2006, donde el sí ganó con un 78%, las autoridades de Panamá decidieron comenzar ayer la ampliación del canal, por donde han pasado 943.150 barcos desde 1914.
La detonación de 15.000 kilos de dinamita en 150 metros de un cerro cercano a la ruta marcó ayer el punto de partida de la mayor obra de infraestructura que se desarrolla en América.
La construcción del tercer juego de esclusas es la forma con que el Gobierno de Panamá pretende depurar la máquina de dinero que le depara la tercera parte de su producto interior bruto (PIB) y mucho orgullo. Tras 85 años de presencia estadounidense, el país más angosto del continente americano quiere dejar clara su capacidad para desarrollar un proyecto pensado para impactar el comercio mundial.
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