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Los republicanos obligan a dimitir al senador Craig por el escándalo sexual

El político ultraconservador asegura que se dedicará plenamente a limpiar su nombre

El senador republicano estadounidense Larry Craig salió hace cinco días a escena para explicar el incidente del que fue protagonista en un aseo público del aeropuerto de Minnesota. Entonces, Craig dijo que sería un líder efectivo para Idaho, su Estado, a pesar de la nube oscura que se cernía sobre su persona y su familia como consecuencia de un nuevo escándalo sexual. Ayer, el senador sucumbió ante la fuerte presión de su partido y anunció su renuncia, poniendo fin de una manera abrupta a tres décadas de carrera política en el Capitolio.

"Vivimos en graves tiempos de guerra y conflicto", dijo Craig al justificar su dimisión

El incidente se remonta al 11 de junio, cuando el senador fue detenido por un agente aeroportuario tras declararse culpable de un delito menor por conducta lasciva. Según el relato de la policía, Craig se aproximó para solicitar sexo a un agente de paisano, cuando cada uno estaba en su propio retrete. El congresista rebatió durante el interrogatorio posterior a su detención la interpretación que hizo el policía de los hechos y negó ser homosexual.

El episodio saltó a la luz el pasado lunes y los republicanos no dudaron en lanzarse al cuello de su compañero. La explicación del senador y su declaración de inocencia no fueron suficientes para ayudarle a salir de la espiral y en apenas cuatro días se derrumbaba bajo sus pies un cuarto de siglo de carrera política en el Congreso, donde repitió tres mandatos en el Senado y cinco en la Cámara de Representantes.

El senador compareció ante la prensa acompañado por su mujer, Suzanne, y el gobernador de Idaho, C. L. Butch Otter, al que agradeció el apoyo personal que le mostró esta semana. Larry Craig optó esta vez por evitar reivindicar su inocencia y explicó que deja el Congreso para dedicarse de lleno a defender su caso por la vía legal. Sin abandonar el discurso político, dijo que dimitía porque los ciudadanos de Idaho necesitan en estos momentos a un senador que se dedique enteramente a los retos que tiene ante si su Estado y el conjunto de la nación.

"Continuar sirviendo a Idaho hubiera provocado una distracción indeseada e injusta para mis colegas en el Senado", reconoció el congresista, mientras explicaba sin criticar a los colegas republicanos que le han dado la espalda: "Vivimos en graves tiempos de guerra y conflicto, tiempos que requieren de la plena atención del Senado y del conjunto de la nación". "Hay muchos retos a los que debe hacer frente Idaho. Y el pueblo de Idaho se merece a un senador que dedique el 100% de su tiempo y esfuerzo a las cuestiones críticas de nuestro estado y de nuestra nación", concluyó el senador.

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Craig recurrió así a un tono muy diferente al que utilizó el martes cuando saltó por primera vez a escena para decir que cometió un error al declararse culpable de la conducta lasciva, y por ocultar el incidente al partido, a su familia y a sus abogados. Ayer pidió disculpas por los problemas que haya podido crear este escándalo y por no estar en condiciones de cumplir el mandato que le dieron los electores. "Lo lamento profundamente", remachó.

Craig dejará el cargo el 30 de septiembre, en lugar de en febrero de 2009. El senador espera que las próximas semanas sirvan para que se produzca una transición suave y sin sobresaltos en su puesto.

Los republicanos hicieron un cálculo político y quisieron soltar lastre con rapidez, antes de que el martes retome la actividad en el Congreso. Y es que el mes de agosto ha sido especialmente intenso en Washington, a pesar del receso vacacional. El pasado día 13, anunciaba su dimisión Karl Rove, principal asesor político del presidente George W. Bush, y el lunes pasado, se despedía de la cartera de Justicia el muy criticado Alberto Gonzales.

A ellos se han sumado el portavoz de la Casa Blanca, Tony Snow, y el senador republicano John Warner, cada uno por motivos al margen de este último escándalo.

El incidente protagonizado por Craig llegó a nublar incluso la dimisión de Gonzales, un desenlace en el Ejecutivo de Bush que había aportado un importante respiro a los conservadores ante la reñida batalla que se avecina para las presidenciales de 2008. El viernes ya era evidente que el senador dejaría su escaño, después de que numerosos dirigentes republicanos le dejaran en la estacada y exigieran que se fuera a casa. Mitch McConnell, líder de la minoría conservadora, calificó su conducta de "imperdonable".

Sólo hay que ver el reparto de escaños entre republicanos y demócratas para entender el ansia de los conservadores. El juego en la cámara se decanta hacia uno u otro partido en función del voto de dos independientes, que suelen alinearse con el ala izquierda. Los republicanos tienen que defender en noviembre del próximo año 22 de los 49 puestos que ocupan, comparados con la docena de sus rivales demócratas. Craig era hasta ayer uno de ellos. El gobernador de Idaho debe designar ahora a un sustituto que mantenga el actual equilibrio de poder hasta las elecciones.

Larry Craig anuncia su decisión de abandonar el Senado ayer en Boise (Idaho), junto a su familia y varios simpatizantes.
Larry Craig anuncia su decisión de abandonar el Senado ayer en Boise (Idaho), junto a su familia y varios simpatizantes.ASSOCIATED PRESS
Fotografías tomadas el 11 de junio pasado para la ficha policial del senador Craig.
Fotografías tomadas el 11 de junio pasado para la ficha policial del senador Craig.REUTERS

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