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'Lorenzo', el traficante que no sabía navegar

Fernando J. Pérez

Ni su esposa conoce cuál es su verdadero nombre, y su nacionalidad todavía es un misterio cuya resolución depende en buena medida de Interpol. El pasado 22 de agosto al atardecer, Lorenzo, uno de tantos delincuentes internacionales camuflados en la Costa del Sol, se disponía a desembarcar 60 fardos con 1.720 kilos de hachís en el puerto marbellí de Cabo Pino. El supuesto traficante había alquilado unos días antes a una empresa de Sotogrande (Cádiz) el yate Gwanabo, una embarcación de diez metros de eslora y dos motores de 230 caballos, suficientes para cruzar el Estrecho hacia Marruecos con otras seis personas y transportar la droga. A su llegada al puerto le esperaban dos vehículos de alquiler BMW, con los que supuestamente se iba a sacar el alijo del puerto. Sin embargo, en las inmediaciones del muelle a Lorenzo y sus compinches también les aguardaban los agentes del Grupo de Respuesta Especial contra el Crimen Organizado y de la Brigada Central de Crimen Organizado del Cuerpo Nacional de Policía.

Lorenzo, que intentó zafarse de la detención a golpes, llevaba consigo en el momento del arresto un pasaporte esloveno, un carné de conducir italiano y un permiso de patrón de embarcaciones de recreo con escudo de Gibraltar, todos ellos con nombre falso. Los agentes sospechan de que en realidad se trata del ciudadano cubano Lorenzo R. A. T., un individuo que ya fue detenido en Madrid en 2004 como D. R., de nacionalidad italiana, también por tráfico de drogas.

"Siempre se niega a decir quién es ni de dónde es. No lo sabe ni su mujer", aseguran los agentes. Esto indica, para la Policía que puede tener contacto con diferentes grupos internacionales de delincuentes y que sus actividades no se limitan al narcotráfico. "Este le da a todo", opinan los investigadores. En la operación Charlot, los agentes se incautaron de tres pistolas. Entre los indicios para determinar su identidad, fuentes de la investigación destacan uno: "El domingo pasado bautizaron a un hijo suyo con el nombre de Lorenzo". La confirmación de esta hipótesis está pendiente del cotejo de las huellas dactilares proporcionadas por la Policía a Interpol.

Semanas antes de ser detenido, el pasado 10 de junio, Lorenzo ya había intentado introducir un alijo de droga en España, según la Policía. Sin embargo, cuando se acercaba a Cabo Pino, la embarcación Gala 1, un yate "bastante viejo" comprado por él y en el que viajaba con un ciudadano marroquí, comenzó a hacer aguas. La nave se hundió frente a la costa entre un fuerte olor a gasolina para sorpresa de los policías que esperaban detenerlo. La mar estaba en calma y un velero rescató a los dos náufragos. El ciudadano marroquí fue posteriormente arrestado por entrada ilegal en España.

Por otro lado, la Policía intervino 870 kilos de hachís en la localidad gaditana de Trebujena y detuvieron a siete personas.

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Sobre la firma

Fernando J. Pérez
Es redactor y editor en la sección de España, con especialización en tribunales. Desde 2006 trabaja en EL PAÍS, primero en la delegación de Málaga y, desde 2013, en la redacción central. Es licenciado en Traducción y en Comunicación Audiovisual, y Máster de Periodismo de EL PAÍS.

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