Ausente de los gimnasios
En el gimnasio Solinca, de Málaga, hace cinco años que compraron el desfribilador, "aunque no era obligatorio", según explicó el gerente, José Manuel Pastora. Nunca han tenido que utilizarlo, "por fortuna". Todo el personal sabe usarlo porque han asistido a un curso de primeros auxilios.
Por el contrario, ni el Universal Fitness Center ni el Fitness First, dos de los más grandes de Córdoba, disponen de desfibrilador, como tampoco el Centro Wellness, en Huelva. "Nuestro personal tiene cursillos de primeros auxilios y pueden reaccionar ante situaciones críticas", indica un responsable de Universal Fitness, "pero dudo de que haya algún gimnasio con ese tipo de aparatos". En el Fitness First tienen contratado "un servicio médico de urgencia" y algunos monitores tienen conocimientos de primeros auxilios.
En el gimnasio granadino Triunfo, donde nunca se ha dado un caso de desvanecimiento, carecen de desfibrilador. En opinión de Leonardo Pilcher, propietario del gimnasio Alpha, "se debería de exigir que todos lo tuviéramos". Pilcher explica que en las inspecciones sólo se exigen gasas, desinfectante, algún antiinflamatorio y poco más. "Nunca ha habido un desvanecimiento, pero hice un curso de primeros auxilios y entendí lo importante que era estar preparado", concluye.
En Almería, el Club Costa, uno de los gimnasios más veteranos, que cuenta con 1.500 asociados, ha presupuestado un aparato para su próximo ejercicio. "Todavía no lo tenemos. No es obligatorio pero sí necesario", admite el gerente, Ezequiel Giménez. Sin embargo, todas las instalaciones deportivas públicas cuentan con desfibriladores desde 2005.
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