Molina se topa con 'los papeles'
El ministro se compromete en el Congreso a consensuar la ley del cine, a realizar un plan de protección del patrimonio subacuático y a modernizar el Reina Sofía
Los llamados papeles de Salamanca amenazaron ayer con estallarle en las manos al nuevo ministro de Cultura. Acudió, "por petición propia", al Congreso para informar de los grandes desafíos de su departamento y se encontró con que la mayoría de los diputados de la Comisión de Cultura le pedían algo muy concreto: una fecha para que salgan de Salamanca los archivos que quedan por devolver a los particulares, tal como establece la ley 21/2005 de restitución a la Generalitat de Cataluña de los documentos incautados durante la Guerra Civil. Ya salieron las más de 500 cajas con los papeles oficiales. Lo que se reclama ahora son los efectos incautados a personas naturales o jurídicas de carácter privado. Los técnicos archiveros terminaron su trabajo en octubre: su informe habla de unos dos millones de documentos y objetos. Lo que CIU, ERC e IU-ICV le reclamaron a César Antonio Molina es que se cumpla la ley. Prometió cumplirla.
El asunto del expolio que realizaron las tropas franquistas durante la Guerra Civil saltó en el turno de preguntas. Molina sólo había hablado de la puesta en marcha del Centro Documental de la Memoria Histórica en Salamanca, un viejo y ambicioso proyecto que tendrá efectivamente que agilizar, pero no contaba que en política quedan cosas pendientes de terminar. De lo que se trataba ayer era de hablar del futuro y no del pasado. Y, ahí, Molina sí estableció los grandes proyectos que le interesa llevar a buen puerto. Primero, la ley del cine. Es necesario el consenso, escuchar a todos los sectores, buscar grandes acuerdos. Habló de cifras: existe una propuesta para que la Ley de Presupuestos para 2008 incluya una dotación de 85 millones de euros para el Fondo de Protección a la Cinematografía (supone un incremento de 18.352.000 euros sobre el ejercicio en curso). No es mal inicio. Sin dotación económica, no hay desafío que valga.
Otro tema sobre el que quiere intervenir con decisión es la defensa de todos esos pecios que andan perdidos en los mares. Lo que Molina va a impulsar es un "Plan Nacional de Protección del Patrimonio Arqueológico Subacuático", y evitar así complicaciones como las que desencadenó el Odyssey.
El tercer asunto, y acaso el más ambicioso y complejo, es la voluntad del ministro de incorporar en la gestión de las instituciones más relevantes al "mundo de la Cultura". Lo ha llamado "Plan de Modernización de Instituciones Culturales". Dijo: "He llegado a la conclusión de que los directores de estas instituciones deben ser 'postulados' por el 'mundo de la Cultura', sobre la base de su experiencia contrastada y de los proyectos que puedan definir, a través de un proceso de preselección, o en su caso concurso, que nos permita contar con los mejores expertos y profesionales para el desempeño de esta responsabilidad". Está pensando en el Reina Sofía y en la Biblioteca Nacional, y ha tomado nota del Código de Buenas Prácticas de Museos, que hace un tiempo elaboró un grupo de profesionales.
Aparte de estos núcleos duros, el ministro de Cultura se refirió a "la culminación del proceso de conversión del INAEM en la Agencia Estatal de las Artes Escénicas y Musicales, ya prevista en la Ley de Agencias" y de "la creación del Consejo Estatal de las Artes Escénicas y Musicales", con tres mesas sectoriales (música, danza, teatro y circo).
En plan más espectacular, confirmó la construcción del Centro de Conservación y Restauración de la Filmoteca Española (Ciudad de la Imagen, 25 millones de euros, proyecto del arquitecto Victor López-Cotelo y 14.255 metros cuadrados de superficie construida) y quiere crear un Centro de Artes Visuales, que incluya los Museos del Cine y de la Fotografía, y que estará en la Tabacalera (Madrid).
Sobre la Ley de Propiedad Intelectual, dijo haber hecho una propuesta concreta para conseguir "una compensación justa y equilibrada por el límite de copia privada", habló de diferentes iniciativas para luchar contra la piratería y también de la necesidad de coordinar las políticas del Estado con las de las comunidades en distintos proyectos (difusión de las lenguas cooficiales españolas a través de canales de televisión digital terrestre, por ejemplo).
Trató de bibliotecas públicas (responder a la demanda hecha por las grandes urbes, y no limitar su construcción a las capitales de provincia), de proyección internacional (Iberoamérica es una de las prioridades), del impulso al Portal de Archivos Españoles, de programas de cooperación y de proyectos concretos de promoción. Y quedan muchos detalles. Molina reveló entusiasmo, voluntad de acuerdo. Que tenga suerte.
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