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Entrevista:ALBERTO EMPARANZA | Profesor de Derecho Mercantil de la UPV

"Los consumidores están siempre en situación de inferioridad"

Los consumidores cada vez disponen de más productos de crédito a su alcance para financiar necesidades básicas como la vivienda, pero también deseos tales como un viaje. "El sistema financiero se los proporciona", subrayó ayer Alberto Emparanza (San Sebastián, 1965), profesor titular de Derecho Mercantil de la UPV. Esta oferta, unida a la subida de los tipos de interés, puede motivar un sobreendeudamiento de las familias con nocivas consecuencias tanto para los propios consumidores como para todo el sistema crediticio en general. ¿Qué medidas se pueden tomar ante este fenómeno? La solución "no es fácil", admitió ayer Emparanza, pero puso sobre la mesa algunas ideas.

Para empezar, el profesor donostiarra sugirió poner en marcha medidas de tipo psicológico, a fin de "evitar que se produzca la equiparación de felicidad igual a consumo". Pero como él es jurista, eludió entrar en detalles. "No tengo ni idea de cómo se puede hacer esto", comentó durante un receso del curso de verano organizado por la UPV bajo el título Servicios financieros y protección de los consumidores.

"Me pregunto por qué si una empresa puede declararse en suspensión de pagos, un consumidor no puede hacerlo"
"Muchas veces son vulnerados derechos de los que uno puede hacer uso por desconocimiento, dejadez o por falta de tiempo y ganas de pleitear"

Emparanza, director de dicho curso, se centró más en las posibles medidas legales. A su juicio, sería viable crear "algún tipo de ley especial", similar a la que tienen las empresas en quiebra, para los ciudadanos que no puedan hacer frente a sus créditos. Puso como ejemplo el caso de un matrimonio catalán que pidió hace un tiempo declararse en suspensión de pagos porque no podía hacer frente a sus deudas. "No es ninguna tontería, porque cuando una empresa se declara en suspensión de pagos, dejan de correr los intereses", explicó.

Eso sí, añadió: "Es sólo un ejemplo. Con él no estoy animando a la gente a que deje de pagar. Simplemente me pregunto por qué si una empresa puede utilizar ese derecho, un consumidor no puede hacerlo".

De todas formas, incidió en la necesidad de desarrollar "políticas activas para tratar de que la gente reduzca su financiación en la medida de lo posible cuando sobrepase unos límites". E invitó a los bancos y cajas de ahorro a reflexionar también sobre esos límites. Sin embargo, a renglón seguido insistió en la posibilidad de establecer "mecanismos" que ayuden a las personas que no pueden hacer frente a sus deudas a "encauzar su situación". Se trataría de alguna forma de "ayudar al que se lo merece", igual que a una empresa que tiene "un momento malo".

En opinión de Emparanza, "los consumidores financieros están siempre en una situación de inferioridad". Y es que "la información que tienen a lo mejor es abundante, pero sus conocimientos no son muy elevados", lo que provoca que "muchas veces no sean conscientes de lo que están suscribiendo".

Ante esta situación, el jurista donostiarra apostó por "desarrollar la cultura del consumidor financiero", de manera que todos las personas sepan "cuáles son las condiciones importantes en las que tienen que detenerse cuando contratan cualquier tipo de servicio financiero". "No se trata tanto de que lean toda la letra pequeña, sino de que se fijen en lo importante, como pueden ser las cláusulas de vencimiento anticipado o las comisiones por cancelación", apuntó.

Emparanza se detuvo en el asunto de las comisiones para señalar que "los conceptos de comisión a veces chirrian un poco" y deberían regirse por parámetros más ajustados a la operación que realmente se realiza, y no tanto a los porcentajes fijos. En cualquier caso, invitó a los consumidores particulares a negociar las comisiones con sus bancos y cajas de ahorro, como hacen las empresas.

"Todos estamos aprendiendo sobre la marcha. Debería haber una especie de abc para los usuarios financieros, porque muchas veces son vulnerados derechos de los que uno puede hacer uso por desconocimiento, aunque también por dejadez o por falta de tiempo y ganas de pleitear", dijo. En este sentido, apostó por reforzar los medios y la presencia de profesionales de prestigio dentro de las asociaciones de consumidores.

Respecto a la subida de intereses y su repercusión en los créditos hipotecarios que tienen que pagar los ciudadanos, el profesor se mostró convencido de que "los parámetros de los bancos sobre la solvencia de los clientes están muy bien hechos", por lo que "no va a darse en ningún caso una situación parecida a la de EEUU". Es más, piensa que los ciudadanos "seguirán comprando viviendas porque somos un país tradicionalmente propietario", pero "se resentirá el consumo" de otros productos "o aumentará la morosidad por ese consumo, porque la gente seguirá intentando ir de vacaciones, pero no podrá pagarlo".

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