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Los etarras simularon ser policías para robar la furgoneta bomba que explotó en Castellón

Retuvieron a sus dueños en un chalé situado a unas dos horas en coche del lugar del secuestro

Buscaban buenas olas para su afición favorita: el surf. La familia de Orio (Guipúzcoa), que el pasado viernes fue secuestrada en el sur de Francia mientras ETA utilizaba su furgoneta para un atentado frustrado en la Comunidad Valenciana, creyó que sus raptores eran policías. Los terroristas, según contaron a los agentes franceses, se hicieron pasar por policías para quedarse con el vehículo. Después condujeron a la pareja y a su hijo de cuatro años hasta una casa situada a unas dos horas en coche. El lunes los liberaron cerca de Tartas, a unos 80 kilómetros de Bayona.

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La pareja, formada por un hombre de 34 años y una mujer de 31, junto a su hijo de 4, recorrían desde principios de agosto el litoral del suroeste francés para practicar su gran afición. El jueves, según el diario francés Sud Ouest, decidieron pasar la noche en un área de servicio reservada a autocaravanas en la localidad de Messanges-Plage, a unos 60 kilómetros al norte de Biarritz, en la región de Las Landas. En ese lugar, en el que se encontraban otros vehículos y un turista alemán que pudo ser testigo de los hechos, los localizaron los etarras entre las seis y las ocho de la mañana del viernes.

A esa hora, alguien llamó a la puerta de su Mercedes Vito amarilla al grito de "¡policía!", según declararon las víctimas a los agentes franceses. Tres o cuatro personas encapuchadas y armadas entraron en el vehículo identificándose inmediatamente después como miembros de ETA. Los terroristas les vendaron los ojos y, con la furgoneta cargada con dos tablas de surf en la baca y tres bicicletas en la parte trasera, emprendieron un viaje de entre una y dos horas con una pequeña parada para deshacerse de todo el equipaje.

El destino, según fuentes policiales francesas, fue una casa con un sótano donde debieron esconder la furgoneta robada. Los tres raptados fueron obligados a subir a una habitación en la que permanecieron atados hasta el domingo por la mañana. Durante su cautiverio, según su testimonio no fueron maltratados. Los agentes creen que podría tratarse de un chalé alquilado ya que, tras ser liberados, declararon en comisaría que sus secuestradores limpiaron la casa y hasta pasaron la aspiradora.

Acampados en un bosque

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El domingo fueron obligados a subir a un Renault Scenic azul oscuro en el que los raptores los condujeron en dirección Ousse-Suzan (cerca de Mont-de-Marsan, a unos 100 kilómetros al noreste de Biarritz) durante una hora aproximadamente. Hasta llegar a un bosque, donde pasaron la noche. El lunes por la mañana fueron liberados a unos 300 metros de ese lugar en la cuneta de la carretera. Desde allí hicieron autostop hasta Tartas, el pueblo más cercano. Al día siguiente, el coche apareció quemado en Garein, una decena larga de kilómetros al norte.

Los agentes sospechan que parte del comando viajó hacia Valencia con la Mercedes Vito el sábado por la noche. Algo no salió bien porque el domingo por la noche, la furgoneta, cargada con cerca de 100 kilos de explosivo, según la policía, reventó en un descampado de Les Coves de Vinromà (Castellón).

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