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Reportaje:

Protectores del quebrantahuesos

Jóvenes andaluces y murcianos trabajan por la supervivencia del ave en peligro de extinción

Ginés Donaire

La protección del quebrantahuesos, un ave carroñera que es una de las especies más amenazadas de extinción -sólo hay una treintena de ejemplares registrados en toda España- es lo que ha reunido en Cazorla (Jaén) durante la última semana a una treintena de jóvenes andaluces y murcianos en un campo de voluntariado ambiental promovido por la fundación Gypaetus y la Consejería de Medio Ambiente.

Biólogos o licenciados en Ciencias Ambientales como Manuel López, Víctor Gutiérrez, Mari Carmen Merlo o Eduardo Peña han empleado parte de sus vacaciones en un programa que, por séptimo año consecutivo, intenta concienciar a la población sobre la protección de un ave que desapareció de los montes andaluces hace una década. Los voluntarios han realizado actuaciones destinadas a la limpieza y construcción de jaulas, mantenimiento de granjas de conejos, plantación de setos, así como observación de aves en el recinto de cría.

En España quedan unos 30. Cebos y tendidos eléctricos son su principal enemigo

Además, los voluntarios han establecido dos puntos de información en el interior del parque natural de Cazorla, Segura y Las Villas donde han repartido fichas para el seguimiento visual de los pollos que la Consejería de Medio Ambiente soltó en mayo del pasado año dentro del programa de cría en cautividad que forma parte del programa de reintroducción del quebrantahuesos. "Hemos querido implicar y hacer partícipe de este programa a toda la población, pero en especial a las más cercanas a la zona de suelta y a otras cercanas a cotos de caza, incidiendo en el mensaje de la no utilización de cebos envenenados", comenta Antonio Carrasco, coordinador de este campo de voluntariado. La proliferación de cebos envenenados y los tendidos eléctricos han retrasado los plazos para que el quebrantahuesos regrese a los montes de Andalucía.

El campo de voluntariado, que ha durado hasta el 26 de agosto, se ha completado con visitas guiadas tanto al centro de interpretación del río Borosa para conocer la flora y fauna del mayor parque natural de Andalucía y también para conocer cómo se regula la actividad cinegética en este espacio. El campo de voluntariado se ha celebrado en el aula de la naturaleza El Cantalar, con visitas al centro de cría del Guadalentín, que funciona en red con todos los centros europeos de la especie y a final de la temporada reproductora se hace inventario de los pollos nacidos en cautividad. Aquellos que constituyen líneas genéticas nuevas son mantenidos en cautividad en un centro distinto a donde se encuentren los progenitores y las líneas genéticas repetidas en cautividad son liberados en los diferentes puntos de suelta.

Con la organización de estos campos de voluntariado en espacios naturales, la Consejería de Medio Ambiente pretende contribuir a la conservación y mejora de estas zonas protegidas. Los participantes realizan actuaciones encaminadas a la recuperación, conservación y restauración de ecosistemas, protección de la flora y fauna, o a la recuperación del patrimonio histórico-etnológico. Además del celebrado en Cazorla, también se van a llevar a cabo otras actividades en los parques naturales de la Sierra de Grazalema, Sierras Subbéticas, Sierra de Andújar y en el espacio natural de Sierra Nevada.

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El Programa de Voluntariado Ambiental de la Junta incluye también las redes de voluntariado ambiental en espacios naturales y en el litoral, el proyecto denominado MIGRES, para el seguimiento de las aves en el Estrecho de Gibraltar y la Jornada de Acción Litoral. (www.juntadeandalucia.es/medioambiente, pinchar Educacion y voluntariado ambiental).

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