"Este 'derby' me gustaría jugarlo"

Bernd Schuster contempla el vértigo con una sonrisa irónica. Se acabaron los amistosos de verano. Septiembre está a la vuelta de la esquina y el Atlético visita el Bernabéu (20.00: Digital +, Ono e Imagenio; Pago Por Visión) para jugar el derby de inauguración de la Liga. La máxima exigencia sorprende al técnico en el fragor de los preparativos. Tanto, que le dan ganas de quitarse los pantalones beige del uniforme oficial, enfundarse una camiseta y calzarse un par de botas para saltar al césped. "Este partido me gustaría jugarlo", confesó ayer con ese aire engañosamente manso que le caracteriza; "como futbolista, los derbies me han salido bien. A ver cómo me salen como entrenador".

"¿Qué más querría que contar con Robben y Heinze? Pero no están bien", lamenta

"No soy el primer entrenador que utiliza a Guti en las segundas partes. Es una ventaja"

Por debajo de su flequillo pacífico se desata una tormenta. El Atlético llega en un momento inoportuno para ser entrenador del Madrid. Al alemán le gustaría volver a controlar la situación. Es decir, querría ser jugador para solucionar los problemas que detecta desde el banquillo. Aunque no sea más que por un derby. El de hoy.

Ayer, Schuster dirigía el entrenamiento intentando aprovechar hasta el último instante para perfeccionar un esquema y dar cobijo a unos futbolistas que recién llegan. En los dos últimos casos, fuera de forma. "¿Qué más querría que contar con Robben y Heinze ya mismo?", dijo el técnico; "Pero no puedo. Por su bien y por el del equipo. No están físicamente como deberían estar para jugar, y menos un partido de estas características. Llevan semanas inquietos resolviendo su futuro y, aunque se han entrenado, no es lo mismo".

El Madrid se proclamó campeón de la Liga hace dos meses. El aparato ejecutivo del club tuvo margen para contratar jugadores con tiempo suficiente de que se incorporasen al equipo en la pretemporada. No fue el caso de Drenthe y Sneijder, que se presentaron hace diez días. Tampoco el de Heinze y Robben, que firmaron el miércoles a medianoche. Los cuatro son titulares en los planes de Schuster. El club lo sabía. Pero prolongó las negociaciones en un intento por mejorar las condiciones del traspaso. Sin efecto. Ninguno costó menos de diez millones de euros. En conjunto, el Madrid debió pagar cerca de 90 millones por el cuarteto. Aun así, llegaron tarde.

"No me sorprende que el Atlético sea el favorito", dijo el alemán con inescrutable sentido del humor; "todo lo que hacemos nosotros lo hacemos mal".

Hay razones para pensar que el Atlético está más fuerte. Sus jugadores se conocen desde hace un mes, en el peor de los casos. Además, conocen a su entrenador, Javier Aguirre. Los del Madrid han ganado un campeonato, pero este verano, cada vez que jugaron juntos, se sintieron como extraños que coincidían en un campo por primera vez. Algunos todavía no se acostumbran a las exigencias de Schuster. Los holandeses, además, necesitan un traductor simultáneo que el reglamento de la FIFA les prohíbe meter en la cancha.

En pleno batifondo, las referencias se hacen imprescindibles. Como el Madrid tiene pocas, adquieren un valor especial. Guti es una de ellas. Lo ha demostrado durante el verano. Nadie más en la plantilla ha exhibido su capacidad para distribuir el juego. Sin embargo, Schuster -al igual que Capello, Luxemburgo, o Del Bosque- no está seguro de darle la titularidad. Alega que Guti es valioso como recurso táctico en las segundas partes.

"Guti", explicó Schuster, "tiene un papel importante. Puede jugar perfectamente de titular. Pero otras veces sería mejor que entrase en otro momento del partido. Yo no soy el primer entrenador del Madrid que utiliza a Guti en las segundas partes. Él tiene una cualidad que no tienen otros: puede entrar y romper un partido. Ésa es una ventaja que un entrenador no puede despreciar".

Real Madrid: Casillas; Ramos, Pepe, Cannavaro, Drenthe; Sneijder, Diarra, Robinho, Guti; Raúl y Van Nistelrooy.

Atlético: Leo Franco; Seitaridis, Pablo, Perea, Pernía; Maxi, R. García, Maniche, Simão; Agüero y Forlán.