El que avisa no es traidor
El alcalde de Madrid llena el vacío político del PP tras el debate sobre el estado de la nación postulándose y apelando al centro
Alberto Ruiz-Gallardón lo dijo en mayo pasado y lo ha vuelto a repetir estos días, dejando en evidencia el vacío político existente en el Partido Popular tras el debate sobre el estado de la nación. La fórmula para ganar las elecciones de marzo de 2008 es una "formula sosegada en las maneras y enérgica en las iniciativas", dijo el 28 de mayo, al día siguiente de las elecciones municipales y autonómicas del 27-M, ofreciéndose como lugarteniente de Mariano Rajoy en las listas del PP al Congreso. "Los 388.745 votos de ventaja obtenidos en la capital han sido determinantes para alcanzar esos 150.000 sufragios sobre el PSOE a nivel nacional", enfatizó aquel día.
La interpretación de Ruiz-Gallardón chocaba frontalmente con la de Ángel Acebes y Eduardo Zaplana y con la estrategia de Rajoy. Este trío, que ha echado la bencina política durante estos casi tres años y medio, practica la política de la polarización. ¿Y esto qué es? Se trata de unir a sangre y fuego a la propia base electoral a un lado y favorecer por el camino la unidad de los adversarios en el otro polo. El ariete de esta estrategia: la movilización permanente y, a ser posible, hasta las vísperas electorales de marzo de 2008. ¿Cuál fue la bencina de este proceso? La sed de recupera el poder arrebatado por la inesperada derrota del 14-M, ese virtual golpe de Estado a horcajadas del atentado 11-M, según la interpretación particular del trío.
La lectura de los resultados del 27-M por parte del trío era diametralmente opuesta a la de Ruiz-Gallardón. Para los tres, lo que triunfó en gran parte en Madrid fue precisamente el hecho de que la capital de España se convirtió durante tres años en el epicentro de las movilizaciones populares contra el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. En esta interpretación importan menos los méritos centristas de Ruiz-Gallardón que la estrategia de la tensión a través, por ejemplo, de la movilización de las víctimas del terrorismo.
Ruiz-Gallardón opone a la polarización otra estrategia posible, lo que en la política norteamericana se suele identificar como una política de cuña. La política de cuña intenta unir a una importante base electoral en uno de los polos... al tiempo que busca dividir a la coalición opuesta.
En sus recientes declaraciones, Ruiz-Gallardón lo explica de forma algebraica. El PP "debe ofrecer un proyecto centrado, moderado y pragmático donde se reconstruyan los consensos que de una forma calculada han sido socavados durante el mandato socialista y convocar e ilusionar también a aquellos ciudadanos que no nos votaron en las últimas elecciones generales y que, sin embargo, están preocupados, algunos de ellos incluso alarmados, como consecuencia de esa ruptura de los consensos que el Gobierno de Zapatero ha realizado".
La reciente caída de Karl Rove, el llamado arquitecto de las dos victorias de George W. Bush, ha suscitado, precisamente, un debate análogo sobre la estrategia a seguir ante las elecciones presidenciales de noviembre de 2008 en Estados Unidos. Rove fue el promotor de la polarización a ultranza. Y cuando intentó usar la inmigración como una cuña terminó dividiendo a su propia base electoral. Su salida tras la derrota electoral de Bush en noviembre pasado en el Congreso y el Senado confirma que esa política ha fracasado. Por el desastre de la guerra de Irak, sí, pero también por otros grandes errores.
"El señor Rove me recuerda a menudo al minero que extrae las últimas pepitas de una veta exhausta", escribe David Frum, asesor especial de Bush entre enero de 2001 y febrero de 2002. "En las legislativas de 2006 los republicanos y conservadores han pagado el precio por esa actitud de sabemos lo que es mejor. Me temo que pagaremos un precio aún más alto en 2008", añade. Acebes, Zaplana y los demás también saben ahora lo que es mejor... como entre el 11 y el 14-M.
Ruiz-Galllardón quiere ir al Congreso porque cree, como acaba de decir, que se lo merece; porque tiene una estrategia diferente a la polarización y porque, en el caso de fracasar la candidatura de Rajoy en el 2008, podría sortear, desde el Congreso y la alcaldía de Madrid, el hándicap Hernández Mancha y postularse para ser el candidato del PP en 2012.
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