"Parece que se lo ha tragado la montaña"
Desesperada búsqueda del senderista desaparecido en la sierra de Castril el sábado
Al último rincón del mundo debió ascender Arturo Checa, de 49 años, el pasado sábado en la granadina sierra de Castril. Tras seis días de búsqueda sigue sin haber ni rastro del senderista desaparecido y la inmensidad de un paisaje tan abrupto como amenazante hace que todo el mundo comience a temerse lo peor.
Aún así, un grupo de unas treinta personas acudió ayer a colaborar en la búsqueda con un optimismo contagioso, después de que la familia de Arturo hiciera un llamamiento para que montañistas de la zona colaboraran con el rastreo.
"Queremos agradecer al pueblo de Castril, a la Guardia Civil y a toda esta gente lo que están haciendo por nosotros en estos días tan difíciles", declaraba Agustín Checa, hermano del desaparecido.
Pendientes de cada movimiento, los familiares de Arturo esperan en la explanada, junto a un cortijo, en el mismo lugar en el que permanece aparcado el coche del desaparecido, que el pasado sábado salió de un cámping cercano a primera hora de la mañana y no volvió a ser visto. O sí.
Según informó la Guardia Civil, entre las nueve y las diez de la mañana del mismo sábado un pastor vio a un hombre que caminaba solo ascender en dirección al Pico de las Empanadas. Este testimonio podría ser vital para localizar a Arturo, ya que de las cuatro rutas iniciales, los trabajos se reducirían a una. De hecho, ayer la Guardia Civil comenzó a focalizar todos los esfuerzos en esta zona con la ayuda de varios senderistas y ganaderos locales.
Antonio González lleva toda la vida trabajando como agricultor y ganadero en el paraje, justo a los pies del Cerro de la Empanada. "Conozco esa zona paso a paso. La gente se cree que es muy fácil subir allí, pero están equivocados. Lo que es muy fácil es llegar a sitios de los que después no se puede salir", reconocía.
Las tareas de rescate son muy complicadas y se avanza muy despacio. A la terrible orografía se une la peligrosidad de toda la zona, lo que impide que senderistas no muy experimentados puedan colaborar. "Hay lugares donde la mala colocación de un pie le costaría la vida al que trate de subir allí", explicaba un agente de la Guardia Civil.
La familia no pierde la esperanza. "No entendemos cómo iba solo. Él es un montañista muy experimentado, que tiene muchísimas horas en el monte. Es como si se lo hubiera tragado la montaña. Esperemos que haya encontrado los recursos para sobrevivir", aseguraba Ángel, primo del montañero.
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