Calma aparente
Los efectos balsámicos de la intervención de la Reserva Federal el pasado viernes todavía perduran. Pero la normalidad a los mercados no ha vuelto definitivamente. La calma que ayer se respiraba en las Bolsas era más aparente que real.
Los inversores siguen necesitando del apoyo oficial para mostrar cierta confianza. La jornada de ayer fue una prueba. Los mercados asiáticos cosecharon importantes ganancias, las que no pudieron recoger porque la decisión de las autoridades estadounidenses llegó cuando ya se habían acostado. Y a ello se sumó una nueva inyección de capital del Banco de Japón.
También en Estados Unidos las autoridades echaron una mano a los mercados. Los parqués neoyorquinos abrieron al alza alentados por la decisión de la Reserva Federal de inyectar más capital al sistema financiero. Y aunque a las dos horas el empuje decayó, al final de la sesión retomaron impulso.
En España, en cambio, las cosas fueron más tranquilas. Los 3.781 millones negociados se quedan muy lejos de los casi 10.000 alcanzados el viernes. El Ibex cerró la sesión en 14.269,1 puntos y con
un leve avance de un 0,22%. El resto de índices españoles mostraron un comportamiento paralelo.
Por sectores, las constructoras lideraron los avances. Los títulos de Ferrovial, Acciona y FCC lideraron las subidas del índice selectivo. Los bancos, sin embargo, no recuperan la confianza de los inversores. Al menos, los grandes. Santander y BBVA perdieron ayer un 0,66% y un 0,29% respectivamente.
Los parques españoles no desentonaron con lo vivido en el resto de Europa: avances leves, que sólo en el caso de los mercados de Amsterdam y Estocolmo suponen más de un punto de ganancias.
El petróleo, por su parte, volvió a la senda descendente seguida desde que comenzó la tormenta financiera. Ayer se pagaba en torno a los 69 dólares, un precio desconocido desde junio.
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