Un año para cuatro torneos

A Roger Federer ya sólo le interesan cuatro torneos y un tenista. Cuatro copas y un récord. Los cuatro trofeos del Grand Slam y la marca de 14 títulos grandes de Pete Pistol Sampras. Lo demás es accesorio. Pero mejor si lo gana. Así, en la madrugada española de ayer se impuso en la final del Masters de Cincinnati al estadounidense James Blake por 6-1 y 6-4 en 65 minutos y sumó el 50º título a su palmarés.

El triunfo, sin embargo, tuvo una importancia relativa para el número uno mundial. "Insignificante", se podría pensar trasladando al duelo de ayer el valor que concedió a su derrota de hace dos semanas en la final del Masters de Montreal. Federer se jugará dentro de una semana anotarse su cuarto Open de Estados Unidos consecutivo. Su duodécimo título grande. Y lo demás le da relativamente igual.

"Antes jugaba la semana previa a las citas del Grand Slam. Ahora descanso. Si no, sería más difícil"

"La meta de esta temporada era ganar Wimbledon", explicó Federer en Montreal como quien repasa con aires de notario la lista de la compra. "Conseguido", añadió. "También, seguir siendo el número uno. Me habría ayudado ganar en Montreal. No se puede tener todo. Pero, mirando a lo que queda, al Open de Estados Unidos, al torneo de maestros..., queda mucho que caminar".

Federer ha planeado toda su temporada en función de los cuatro títulos del Grand Slam. Sin guía ni entrenador desde que rompió en la primavera con Tony Roche, el mejor jugador del mundo ha mantenido la estrategia que planeó con el técnico australiano y con Pierre Paganini, su exigente preparador físico.

Sobran los ejemplos: antes de defender con éxito su título de campeón del Open de Australia, Federer no jugó ni un torneo oficial. Antes de Wimbledon prescindió de cualquier torneo sobre hierba. Y entre el torneo de Londres y la temporada estadounidense de pista rápida ha disfrutado de tres semanas de descanso ininterrumpido, divididas entre Europa y el exclusivo piso decorado con mármol que comparte con su novia en Dubai. En la vida de Federer nada es casual. Y menos el tiempo de descanso.

"Me siento muy feliz con el mes que siguió a Wimbledon", explicó el genio suizo. "Ha sido una buena preparación. Todo ha ido bien. Me siento al máximo, en forma física y mentalmente", agregó. "Ahora tendré una semana de descanso [antes del Abierto de Estados Unidos], por lo que puedo jugar a tope en Cincinnati sabiendo que luego tendré un par de días para relajarme. En el momento que me recupere, probablemente el miércoles o el jueves, empezaré a preparame para el Abierto", continuó; "así es como esto funciona. Todo sería muy difícil si jugara un torneo la semana antes, como solía hacer. Antes jugaba la semana previa a Wimbledon. Una vez estaba jugando las semifinales de un torneo contra Lleyton Hewitt y pensé '¡quizás el lunes esté jugando en Wimbledon!' Y no puedo hacer eso: es la razón por la que ya casi no juego antes de los torneos del Grand Slam".

¿Y qué pasa con el récord de Sampras? "Pienso en él cuando estoy jugando alguno de los torneos grandes", contestó. "Es genial estar tan cerca, aunque al mismo tiempo estoy muy lejos porque esos torneos son muy difíciles de ganar. He hecho un gran trabajo en los últimos años ganando tantos torneos como me ha sido posible y dándome la oportunidad de hacerlo una y otra vez. Es una de las grandes metas de mi carrera". ¿Cuál? ¿Igualar el récord del estadounidense? "No sólo igualarlo. También romperlo".