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FÓRMULAS QUE MUEVEN EL MUNDO
Columna
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La sardana esférica

Javier Sampedro

Dejamos ayer la sardana de la Plaça de Sant Jaume haciendo unas contorsiones muy poco decorosas, con un arco de sardana japonés que ha adoptado una curvatura negativa y se está "invaginando" dentro de la sardana matriz. Llevado a tres dimensiones, este es un problema similar al de la evolución de los primeros animales.

Muchos organismos unicelulares tienden a formar colonias, pero como todas las juntas entre células son iguales, no pueden aspirar a una forma más interesante que la esfera. ¿Cómo se sigue desde ahí?

Lo más simple, puedes pensar, sería hacer un tubo. Son muy útiles en biología -arterias, bronquios-, y sólo parecen requerir un eje más para curvarse. Pero luego no está tan claro. Lo del eje está muy bien para un tubo construido por un fontanero, pero aquí no lo hay: este tubo se construye desde dentro. Son los ángulos que cada célula forma con sus vecinas los que deciden que el conjunto sea un tubo. Pero entonces, cada célula tiene que ir equipada con una brújula que la oriente. Y si no, ¿qué pasa cuando haya que bifurcar el tubo?

Una de las primeras invenciones de la evolución animal fue el tubo digestivo, y se formó como una invaginación de un sector de la colonia: un tramo de curvatura negativa en nuestra ampliada sardana esférica de la Plaça de Sant Jaume.

La intrusión japonesa en Sant Jaume inventó de paso la división en 'capas germinales'. El cuerpo humano, como el de los erizos y los gusanos, se organiza a partir de tres monocapas celulares concéntricas del embrión: el ectodermo (que formará la piel y el sistema nervioso), el endodermo (precursor del tubo digestivo) y el mesodermo (del que se forman los músculos). La invaginación de estos sectores japoneses se conoce como 'gastrulación'.

La curvatura de la sardana depende del ángulo que formen los brazos de los bailarines. El equivalente a ese ángulo en un embrión de tres dimensiones es la forma convexa a cóncava de cada célula. En sistemas tan alejados como el gusano y el erizo, la gastrulación ocurre como consecuencia directa de ese cambio de forma celular. Y los últimos datos indican que los genes que marcan el destino de la células -vosotras seréis mesodermo y músculo, vosotras tubo digestivo hasta la muerte-, como los llamados Wnt y frizzled, lo hacen torciendo directamente la curvatura de las células y el ángulo de sus junturas.

Cuando uno ha estado del revés dentro de una sardana, sabe que no hace falta mucho más para quedar marcado de por vida.

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