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Reportaje:

Secuestradores con plastilina

Dos hombres que decían ser de Al Qaeda retienen un avión en Turquía con 136 pasajeros

Una supuesta bomba de fabricación casera fue el arma con la que dos presuntos miembros de Al Qaeda secuestraron ayer un avión turco. Pero la bomba resultó ser de plastilina y el vínculo de los hombres con la banda terrorista todavía está por esclarecerse. Los secuestradores, un turco y un palestino con pasaporte sirio, mantuvieron en vilo durante cinco horas a las autoridades turcas en el aeropuerto de Antalia, donde el piloto aterrizó para recargar combustible y volar hacia Irán, destino exigido por los secuestradores antes de rendirse. No hubo ninguna víctima.

Los motivos de los secuestradores aún no están claros. El avión de la aerolínea turca Atlas Jet despegó del aeropuerto Internacional de Ercan, en la República Turca del Norte de Chipre, con destino Estambul. Un total de 136 pasajeros y seis miembros de la tripulación iban a bordo del MD83. Momentos después del despegue, dos pasajeros se levantaron de sus asientos, amenazaron con hacer estallar el avión e intentaron forzar la cabina para obligar al piloto a desviar el aparato a Teherán.

Los pilotos huyeron por las ventanillas y 100 pasajeros por las puertas de emergencia

Alegando que debía recargar combustible, el piloto decidió aterrizar en Antalia, ciudad mediterránea del sur de Turquía, donde, en una maniobra digna de una película de acción, logró escapar por las ventanillas junto con el copiloto.

Con poco aire y el nerviosismo en aumento, los temidos secuestradores tuvieron un inusual gesto de buena voluntad con los pasajeros: abrieron la puerta delantera del avión y liberaron a mujeres y niños. Pero mientras iban saliendo uno a uno, los varones decidieron que no se quedarían a esperar el temido desenlace fatal, así que forzaron las puertas de emergencia, saltaron por ellas y también huyeron del avión. Sólo dos pasajeros y tres azafatas quedaron en poder de los terroristas.

Los secuestradores, identificados como Mehmet Resat Özlu, con pasaporte turco, y Abdulaziz Maliki, supuestamente palestino con pasaporte sirio, dijeron actuar a nombre de Al Qaeda. Sin embargo, uno de los pasajeros que actuó como contacto con el exterior aseguró que les escuchó decir que eran libaneses y que el secuestro era una protesta por la tortura y opresión en su país. El ministro turco del Exterior, Osman Gunes, afirma que se investiga la verdadera identidad de los captores "porque sus pasaportes podrían ser falsos".

De hecho, las primeras informaciones apuntaban a que los secuestradores eran iraníes, pero un portavoz del ministro de Exteriores iraní se apresuró a decir que la república islámica "no tuvo nada que ver con el secuestro" y negó que los hombres hubiesen pedido permiso para aterrizar en Irán.

"Se les está acabando la paciencia", dijo el pasajero Mahmut Adas en una conversación telefónica con la agencia Efe. Adas, un técnico chipriota que viajaba a Estambul para recibir un curso, fue retenido porque hablaba árabe al igual que sus captores. "Quieren hablar con alguien y terminar todo esto, pero hasta ahora ninguna autoridad nos ha contactado", añadió en una segunda conversación telefónica. "Ellos sólo dicen que quieren ir a Irán". Media hora después los captores se rindieron.

Las autoridades turcas se niegan a dar detalles sobre cómo consiguieron la rendición y se limitan a explicar que enviaron dos equipos de técnicos al avión con la excusa de que iban a reparar la puerta trasera que había sido forzada. El primero intentó negociar sin éxito, mientras que el segundo logró convencerlos y puso el final feliz a la historia.

El ministro del Interior dijo que los detenidos fueron trasladados a la Dirección de Seguridad de Antalia para ser interrogados y aclarar el origen y los motivos del secuestro. Incluso aseguró que ofrecieron una disculpa a la nación turca por el secuestro. El gobernador de la provincia de Antalia, Aladin Yuskel, dijo que un pasajero fue arrestado por supuestos vínculos con los secuestradores.

Tras los arrestos, las autoridades turcas inspeccionaron la aeronave y la supuesta bomba con la que habían amenazado hacer estallar el avión. El arma resultó ser un paquete de plastilina. Las autoridades del aeropuerto de Ercan dijeron que sus controles de seguridad siguen las normas internacionales y que, por ese motivo, dudan que hubiera explosivos a bordo desde el primer momento. Así se descubrió que los dos individuos retuvieron a los pasajeros con una bomba falsa y Turquía pudo respirar aliviada.

Hombres sin identificar esperan a la entrega de los secuestradores en el aeropuerto de Antalya, en Turquía.
Hombres sin identificar esperan a la entrega de los secuestradores en el aeropuerto de Antalya, en Turquía.EFE

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