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Reportaje:Motociclismo | Gran Premio de la República Checa

Una oportunidad de cine

A sus 31 años y tras 'rescatar' a Jorge Lorenzo en su momento más difícil, Àlex Debón dispondrá en 2008 de una moto oficial por primera vez

Oriol Puigdemont

La carrera deportiva de Jorge Lorenzo tuvo su punto de inflexión durante el Gran Premio de Italia de 2006. Tras completar un arranque brillante en el Campeonato del Mundo de 250cc -ganó las dos primeras carreras-, el mallorquín se vino abajo. En Turquía, el japonés Shuhei Aoyama se lo llevó puesto en la primera curva. En la siguiente cita, en China, no subió al podio. Y una semana después tocó fondo, en Francia, tras sufrir un accidente con el italiano Roberto Locatelli que le obligó a abandonar. En ese momento, Giorgio ocupaba la quinta posición en la clasificación general y estaba hundido, derrotado. Tanto en lo deportivo como en lo personal: su padre incluso había denunciado que Dani Amatriain, su agente, le tenía "secuestrado". Pero, entre tanta turbulencia, apareció Àlex Debón, valenciano de lo más simpático, y rescató a Lorenzo, que deambulaba extraviado en una situación que le superaba. Un año después, con Lorenzo circulando a toda mecha hacia su segundo título de dos y medio, Debón heredará la Aprilia que dejará libre en 2008, cuando pase a la categoría de MotoGP.

El valenciano viene trabajando al tiempo como director del equipo y piloto de pruebas

La puerta que da acceso a un equipo oficial se le había resistido a Debón, pero, finalmente, se le ha abierto de par en par. "Llegué tarde a esto de las motos porque mi familia no tenía dinero para que disputara ningún campeonato. Entré en los Mundiales con 22 años y de rebote", recuerda. Tras varios años corriendo en un equipo privado, ha sido durante las dos últimas temporadas el encargado de desarrollar las motos de la fábrica Aprilia, esto es, el piloto probador. Además, Amatriain le hizo una oferta cuando se dio cuenta de que Lorenzo necesitaba ayuda y Debón se convirtió en el director del equipo y, de propina, también de Pol Espargaró, una de las joyas del motociclismo español y que también tiene como representante a Amatriain. "Es un tío muy cachondo", asegura Espargaró. "Es un director de cine", se ríe mofándose de una de las expresiones más empleadas por su jefe.

"Miro atrás y me parece impensable lo que he conseguido. Sobre todo, por la forma cómo lo he hecho. Por fin, podré correr los Mundiales con una moto de fábrica. ¡Y lo que me ha costado! Nadie sabe la cantidad de vueltas que he dado con esta máquina [la evolución que llevará hoy en Brno y también el año que viene]. Me he pasado días enteros completamente solo en una pista a 40 grados de temperatura", comenta Debón con la misma expresión de ilusión de un niño, por más que él ya ha llegado a la treintena.

"El que Àlex deje de ser nuestro piloto de pruebas me disgusta hasta cierto punto. Aunque entiendo que su ilusión es correr y se lo ha ganado", reconoce Gigi Daligna, ingeniero jefe de Aprilia. "No será fácil encontrar a alguien con las ganas de trabajar de él y con su calidad", añade.

"Siempre he creído en mi calidad. Me he peleado con gente que tenía motos oficiales cuando yo iba con una de prestaciones inferiores. El año pasado, cuando me tocó correr para ayudar a Jorge, di la cara. En éste, cuando he corrido, siempre he rodado con los primeros. Siempre he dado el callo", proclama Debón. Y vaya si lo ha dado. Hoy, cuando arranque la carrera de los 250cc, saldrá el segundo, pegado a Lorenzo, que ayer logró su séptima pole del curso. "Voy a tratar de ayudar a Jorge para que pueda ganar la carrera. Para eso estoy", afirma Debón, consciente de que su momento llegará la próxima temporada. "Es una oportunidad de cine, la más importante que me han dado en la vida, y quiero devolver el gesto a Dani en resultados", dice quien viene trabajando sin parar. "No está siendo nada fácil. Mi labor podría volver loco a cualquiera. He tenido que compaginar mi trabajo de probador de una fábrica como Aprilia, con la responsabilidad que eso supone, y ser director de equipo de Jorge y Pol. Es duro porque hay que cambiar el chip cada semana", asevera.

"Elegí a Àlex porque es muy currante, muy humilde y, lo más importante, muy buena persona. Además, Jorge le escucha", asegura Amatriain. Lorenzo le da la razón: "Àlex me da mucha confianza. Ahora sé que puedo fiarme de lo que me dice. No soy una persona de trato fácil. Soy muy desconfiado, pero él me ha ganado a base de mucho tiempo de estar junto a mí". "Jorge me respeta mucho porque sabe que lo que le digo se lo digo por su bien. Dani me dijo lo que quería conseguir. Él se ha encargado de hacerle campeón del mundo y yo he intentado hacerle mejor persona. Le he llevado por donde a mí me llevaron mis padres", explica Debón. "Desde Mugello, el año pasado, todo cambió". ¿Qué pasó en ese gran premio? "Vi a Jorge derrotado. Todo era una mierda, el equipo era una mierda. Después del warm-up del domingo [el calentamiento previo a la carrera], me fui a verle y le dije: 'Jorge, piensa que los que están ahí fuera están más cagados que tú porque saben quién es el bueno. Esta carrera tiene que ser el principio de un gran final".

El final de la historia aún está por ver. Pero, de momento, Lorenzo ha cumplido su sueño y la próxima temporada correrá en MotoGP mientras que Debón, su confidente y amigo, podrá competir al fin con una moto oficial.

Àlex Debón, ayer en las series clasificatorias de Brno.
Àlex Debón, ayer en las series clasificatorias de Brno.EFE

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