Gergiev dirige en la Quincena a la Orquesta del Teatro Mariinsky
El concierto contará con obras de Wagner, Shostakovich y Mahler
Ayer dirigió una ópera de Berlioz con la Filarmónica de Viena en el Festival de Salzburgo. Hoy, Valery Gergiev (Moscú, 1953) regresa a San Sebastián para ofrecer en la Quincena Musical un concierto con obras de Shostakovich y Mahler al frente de la Orquesta Sinfónica del Teatro Mariinsky de San Petersburgo, de la que es director desde hace dos décadas. Hace un año, Gergiev ya dirigió en la Quincena a la Sinfónica de Londres.
La cita es una de las más atractivas de todas las que ha diseñado el festival donostiarra en su actual edición, la 68ª.
Gergiev es el máximo responsable del Mariinsky, una institución con más de 200 años de historia, desde 1996, aunque ya dirigía su orquesta desde 1988. Bajo su batuta, la formación ha forjado importantes relaciones con las principales óperas del mundo y ha realizado extensas giras mundiales, por las que ha merecido la calificación de "primera orquesta global del mundo". Gergiev dirige además regularmente a las filarmónicas de Berlín y Viena y a las sinfónicas de Londres, Chicago, Toronto, San Francisco y Boston, y colabora con los principales teatros operísticos.
Su regreso a la Quincena Musical tras el éxito del año pasado con la Sinfónica de Londres, de la que es titular desde hace ocho meses, llega tras un verano en el que se ha visto en España su trabajo en el campo de la ópera, con la presentación en El Escorial de Il viaggio a Reims, de Rossini, y Tosca, de Puccini. En San Sebastián dirigirá hoy a la Sinfónica del Mariinsky (Kursaal, 20.00) en un programa que comenzará con el preludio del acto primero de Lohengrin, de Wagner. Después interpretará el Concierto para piano, trompeta y orquesta de cuerda, de Dmitri Shostakovich y el concierto finalizará con la Quinta, de Gustav Mahler.
En la pieza de Shostakovich la orquesta está limitada a la cuerda y el trompetista asume el papel de un concertante auxiliar. La vitalidad de la obra queda en manos del pianista Alexei Volodin (San Petersburgo, 1977) y del trompetista Gennady Nikonov (San Petersburgo, 1968), solista de la orquesta del Mariinsky desde 1997.
La Quinta de Mahler se estrenó en Colonia en 1904 dirigida por el propio compositor. Su célebre adagietto eclipsó durante años a la propia sinfonía, considerada una de las cimas de la música sinfónica.
El germen de la bicentenaria formación musical de San Petersburgo estuvo en la primera orquesta de la Ópera Imperial de la ciudad rusa. Su época dorada comenzó en la segunda mitad del siglo XIX, de la mano de Edward Frantsevich Napravnik, el director que consiguió elevarla al nivel de las mejores orquestas de Europa.
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