175 personas mueren en atentados suicidas en un pueblo del norte de Irak
Los'kamikazes' lanzaron camiones cisterna contra miembros de una secta preislámica
Unas 175 personas murieron ayer y 200 resultaron heridas en uno de los mayores atentados registrados en Irak desde que Estados Unidos invadió el país en abril de 2003.
Cuatro suicidas (tres según otras fuentes) que conducían camiones cisterna cargados de gasolina irrumpieron en Kahtaniya, un pueblo cercano a Mosul, a 390 kilómetros al norte de Bagdad, habitado en su mayoría por miembros de la secta yazidí, cuyas raíces se remontan a 2.000 años antes de Cristo y son considerados infieles por los fundamentalistas suníes.
El atentado se produjo a las 20.00 horas, una menos en la España peninsular.
La confusión anoche era enorme. Debido a la hora y la dificultad de llegar a los lugares donde se produjeron los ataques las operaciones de rescate se ralentizaban y la información no era precisa.
La policía iraquí aseguró en principio que el objetivo del triple atentado era la población de este pueblo habitado en su mayor parte por yazidíes, grupo religioso preislámico que vive en el Kurdistán iraquí y en Siria. Sus enemigos sostienen que son adoradores del diablo.
Según la policía los vehículos bomba explotaron en diversas sedes de esta antigua secta en tres zonas diferentes de Mosul. Los yazidíes fueron perseguidos durante el régimen de Sadam Husein.
Otras fuentes aseguraban que uno de los objetivos de los suicidas había sido la sede Partido Democrático del Kurdistán, del presidente de la región autónoma del Kurdistán iraquí, Masud Barazani. El atentado es uno de los mayores perpetrados hasta ahora en los cuatro años de guerra que padece Irak. En septiembre de 2005 murieron en Bagdad mil peregrinos chiíes. Pero en aquella ocasión la matanza no la causó ningún suicida sino el rumor que corrió entre decenas de miles de chiíes que atravesaban en procesión el puente Aima sobre el río Tigris y creyeron que había un suicida entre ellos. El rumor acabó en estampida y la estampida en matanza.
Cinco soldados muertos
Por otra parte, cinco soldados estadounidenses murieron ayer cuando el helicóptero de transporte en el que viajaban se estrelló cerca de la base aérea de Al Taqaddum, en los alrededores de Faluya, a 50 kilómetros al oeste de Bagdad. Según el portavoz de los marines, Shawn Mercer, el helicóptero Chinook se estrelló mientras realizaba un vuelo de ensayo para comprobar el mantenimiento del mismo.
Ayer se informó de que otros tres militares norteamericanos perdieron la vida en la provincia de Nínive, al norte, cuando un artefacto estalló el lunes al paso de su vehículo, según ha informado el mando militar. Sus muertes elevan a un total de 3.700 los militares estadounidenses fallecidos en Irak desde que comenzó la invasión del país en marzo de 2003, según un recuento de la agencia Associated Press.
En otro atentado, 10 personas perdieron la vida y otras seis resultaron heridas ayer por la explosión de un camión bomba conducido por un suicida en un importante puente al norte de Bagdad, provocando que casi todos los coches cayeran al agua del canal que pasa por debajo, según informó la policía.
Medio millón de fieles
El número de seguidores de la secta de los yazidíes, un grupo religioso preislámico es de medio millón aproximadamente. La mitad de ellos aproximadamente viven en el Kurdistán iraquí. Otra buena parte de sus seguidores viven en Siria. Entre los 275 diputados que integran el Parlamento iraquí sólo tres son yazidíes.
La secta acaparó la atención de la prensa internacional el pasado abril cuando en la localidad de Bashika, en el norte de Irak, una joven de 17 años fue lapidada por miembros de la secta por haberse convertido al islam para casarse con su novio musulmán. Ese mismo mes, otros 21 integrantes de la secta fueron tiroteados en Mosul cuando salían de trabajar de una fábrica.
Los yazidíes están considerados por gran parte de la población iraquí como adoradores del diablo. Ellos sin embargo, aseguran que eso es un infundio de los musulmanes, ya que adoran a Taus [también conocido como Lucifer o Satán] porque se arrepintió y sus lágrimas apagaron el fuego del infierno. Taus sería así el representante de Dios en la tierra.
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