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Reportaje:

A vueltas con el seguro

Empresa y afectados por el incendio de Alcalá discrepan sobre los daños del edificio

Una pareja de vecinos del edificio incendiado en Alcalá de Henares el pasado lunes día 6 se preparaba ayer para dormir en el coche. Se sentían incapaces de luchar con su seguro porque él tiene una pierna rota y apenas se pueden mover. "La compañía aseguradora no nos adelanta dinero, dice que ya pagará, y ya no nos queda nada para costear los gastos. Pero no podemos volver a casa en el estado en el que se encuentra", afirmaban.

La compañía aseguradora hizo entrega por la mañana de una hoja informativa a la comunidad de vecinos en la que afirmaba que el edificio es habitable excepto en dos viviendas de los pisos octavo y noveno. El informe elaborado por el arquitecto municipal afirma, por el contrario, que hay partes gravemente afectadas. Según éste, los vecinos de las plantas sexta a novena no deberían volver a sus casas hasta que no finalicen las obras de restitución de las paredes dañadas.

"Nos sentimos abandonados", afirma David, hijo y portavoz de la presidenta de la comunidad de vecinos. "Un vecino del edificio ha entregado la hoja de la compañía de seguros a un especialista en estructuras, que dice que es de cachondeo", continúa.

Según la hoja informativa, se recomienda sustituir los forjados, aun con los vecinos viviendo en sus casas. "Mi piso está apuntalado casi entero", explica la vecina del 9º D ,"y que alguien me explique cómo se puede vivir así, sin poder abrir las puertas y después mientras ponen las paredes". Los vecinos se sentían impotentes. "Los próximos 15 días tendremos que luchar solos hasta que empiece a trabajar un abogado", contó Luis Miguel García, vicepresidente de la comunidad de vecinos.

Por la noche, sin embargo, los vecinos se encontraban de mejor humor. "El seguro ha reculado", explicó a Europa Press Pilar, una vecina. Gracias a las presiones ejercidas sobre Mapfre, la compañía seguirá cubriéndoles los hoteles hasta el próximo viernes, plazo en el que terminan los 10 días en los que está obligada a proporcionarles alojamiento. Quizá entonces algunos vuelvan a pensar en el coche.

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