El Ayuntamiento de Vigo intenta paliar la carencia de bibliotecas con un plan para abrir una por barrio

Vigo cuenta en la actualidad con unos 3.000 puestos de lectura en las bibliotecas del municipio. Más de la mitad, 1.833, están situados en el Campus Universitario, lejos de la ciudad. La demanda de más infraestructuras de este tipo es viejaen Vigo pero comienzan a darse pasos para solucionarla. Si la semana pasada era el ministro de Cultura, César Antonio Molina, quien realizaba el primer anuncio, la esperada creación de una biblioteca del Estado en Vigo, ayer fue el concejal de Cultura quien estrenó proyectos.

El nacionalista Xesús López avanzó las primeras líneas de trabajo de su departamento, que no son otras que crear una biblioteca en cada barrio. "Tenemos que trabajar porque los ciudadanos se sientan orgullosos del lugar en el que viven y para ellos las aportaciones culturales resultan fundamentales", manifestó el concejal. Quizá tenía en mente la estadística revelada por la Asociación Galega de Editores, en el III Simposio O libro e a lectura, celebrado el pasado mes de noviembre en Santiago, que marca un gasto de 17,22 euros por habitante en A Coruña en dotación bibliotecaria, mientras que en Vigo la cifra se reduce a 1,77. López anunció que en los próximos meses se iniciarán las obras de adaptación o construcción de los centros en los emplazamientos elegidos. La coordinación de la red se realizará a través del único centro público existente en la actualidad, la Biblioteca Central, cuya titularidad comparten Xunta y ayuntamiento.

Esas bibliotecas ambicionan cubrir las necesidades de niños, jóvenes y adultos, según expuso López, y su equipamiento discurrirá en paralelo a la dotación de locales donde los jóvenes puedan estudiar "y obtener el máximo rendimiento a su esfuerzo". La concellería de Cultura, en colaboración con el departamento de Xuventude que dirige la también edil nacionalista Iolanda Veloso, están preparando los convenios con asociaciones, centros culturales, vecinales y cualquier tipo de estructura que esté en condiciones de ceder espacio para los estudiantes. Estos dos planes se complementan con un tercero, una campaña de animación a la lectura, que López calificó de "muy ambiciosa".