La niña tiroteada por su padre en un parque de Madrid muere tras estar 48 horas en coma
La niña Starling Martínez Mena, de 18 meses, que fue tiroteada la tarde del martes por su padre en un parque de Torrejón de Ardoz (Madrid), murió anoche, según confirmaron a EL PAÍS fuentes de la familia. La niña estaba pendiente de ser intervenida a lo largo de la madrugada de hoy para extraerle los órganos vitales, ya que sus allegados autorizaron la donación de los mismos.
La pequeña recibió un disparo en la nuca en el Parque de Ocio. Fue trasladada en un helicóptero sanitario al hospital 12 de Octubre, en la capital, donde ingresó en estado crítico. Los médicos no pudieron intervenirla dada la gravedad de las lesiones que padecía. La bala le atravesó el cerebro. El cadáver será trasladado hoy al Instituto Anatómico Forense, donde se le practicará la autopsia. Será enterrada mañana por la tarde en Torrejón de Ardoz.
El padre de la niña, Roberto Martínez Muñoz, de 29 años, fue directamente a por la menor. La declaración de la madre ante los agentes que se encargan del caso ha despejado la duda de si el homicida intentó tirotear a la mujer o a la pequeña. La menor estaba tumbada en el césped del parque entre los dos adultos, cuando el autor le descerrajó el tiro, según fuentes del caso.
Los hechos ocurrieron el pasado martes por la tarde, cuando Roberto Martínez acudió a la casa de la hermana de su ex compañera Yolanda M. Ésta decidió bajar a la calle para hablar con Roberto, que tenía una orden de alejamiento por malos tratos. Los dos adultos y la pequeña cogieron el coche de la mujer y se marcharon al parque.
Los tres se tumbaron en el césped junto al lago. La madre estaba despistada, mirando hacia otro lado, cuando oyó el primer disparo. Al girarse vio a Starling sangrando por la cabeza. Cogió a la pequeña en brazos y empezó a chillar sin que el resto de personas que andaba por el parque entendiera lo que decía. Salió corriendo hacia el aparcamiento. Allí encontró un coche patrulla del Cuerpo Nacional de Policía, cuyos agentes trasladaron a ambas al centro de salud.
Instantes después se oyó una segunda detonación. Roberto Martínez se había pegado un tiro en la sien que le atravesó la cabeza. Murió en el acto.
El arma utilizada era una pistola de fogueo del calibre 8 milímetros. El homicida la modificó para que disparara balas del calibre 6,35, según fuentes del caso. La pistola se ha enviado a los laboratorios de balística de la policía para su estudio.
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