El padre que tiroteó a su hija de 18 meses usó una pistola de fogueo manipulada para disparar balas

Los familiares de Roberto Martínez, el hombre que disparó el martes en Torrejón de Ardoz contra su hija, Starling, de 18 meses y después se suicidó, no entienden cómo pudo hacerse con un arma de fuego. Fuentes del caso explicaron que, según las primeras investigaciones, la pistola era un arma detonadora de fogueo, que pudo ser adquirida en una armería o en un centro comercial sin necesidad de licencia. Después la modificó de forma que pudiera disparar balas. El arma ha sido remitida al departamento de balística del Cuerpo Nacional de Policía.

Roberto, cuarto de cinco hermanos y de origen dominicano, tenía 29 años y residía en España desde hacía unos 16. Ya había conseguido la nacionalidad española. Llevaba cuatro meses en paro. Antes había trabajado como conductor de un toro mecánico (elevador de mercancías) en una empresa de hierros de Torrejón de Ardoz. Tenía pendientes tres causas judiciales, una de ellas por alcoholemia.

A pesar de eso, sus familiares lo consideraban "un tipo muy tranquilo, que no buscaba problemas y al que le gustaba mucho el deporte. Estaba en un equipo de baloncesto de Torrejón de Ardoz y en otro en Madrid", señalaron.

Roberto Martínez fue condenado el pasado 10 de mayo por el titular del juzgado número 5 de Torrejón (encargado de los temas de violencia machista) en un juicio rápido por un delito de amenazas familiares. La sentencia fijó una pena de seis meses de cárcel, la prohibición de tener armas de fuego durante 16 meses y un día, una orden que le prohibía acercarse a su compañera sentimental, Yolanda M., y a su hija a menos de 500 metros, y la prohibición de comunicarse con ambas, según los investigadores del caso.

Las mismas fuentes explicaron que, pese a la orden de alejamiento, la pareja se llamaba por teléfono y quedaba cada cierto tiempo. En estos momentos ambos vivían separados. Él intentó retomar la relación el martes, pero ella se negó. Fue entonces cuando disparó al bebé y después se descerrajó un tiro en la sien que acabó con su vida.

Fuentes municipales aseguraron que la mujer no había acudido nunca a los servicios sociales del Ayuntamiento. Yolanda M. trabajaba en un comercio, según explicaron algunos vecinos suyos. El Ayuntamiento de Torrejón emitió un bando en el que condenaba "la discriminación, el maltrato y la indefensión que sufren las mujeres e indirectamente niños y niñas".

El bebé sigue muy grave

Starling, de 18 meses, permanecía ayer en la unidad de cuidados intensivos del hospital 12 de Octubre donde los familiares, nerviosos, lloraban. Un parte médico facilitado por la dirección del hospital explicó que la pequeña se encontraba "estable" dentro de la extrema gravedad. Los médicos están a la espera de cómo evolucione en las próximas 24 horas. La familia explicaba que "los médicos no pueden operarla porque la bala le ha dañado el cerebro. No va a quedar bien", comentó Rocío Mena, tía de la niña. Pero se resisten a perder la esperanza. "Nos parece increíble lo que ha ocurrido, porque la había amenazado varias veces, pero nunca le creímos capaz de algo semejante", añadió, refiriéndose a la relación de Roberto con Yolanda, su ex pareja.

Los familiares estuvieron todo el día de ayer en la sala de espera de la UCI a la espera de la evolución de la pequeña. De madrugada, también acudieron al centro hospitalario los allegados del padre de la niña y se quedaron toda la jornada. "Estamos rezando para que la niña sobreviva", dijeron todos.