Sanz asegura que dejará abierto su Gobierno a un pacto con el PSN y Chivite lo descarta
El líder de los socialistas afirma que no necesitaría permiso del PSOE para presentar una moción
El culebrón de la investidura del presidente de Navarra cerró ayer su penúltimo capítulo con la reedición del pacto UPN y CDN, que podrán gobernar en minoría al verse obligados los socialistas navarros a acatar la orden del PSOE de abstenerse en la votación del próximo sábado. Miguel Sanz renovará ese día su mandato, y ayer anticipó por dónde irá su discurso: le dirá al PSN que podrá incorporarse cuando quiera a su Ejecutivo, para hacerlo más estable. Carlos Chivite también anticipó su respuesta. Descarta rotundamente esa posibilidad, y además le emplaza a incluir en sus compromisos 12 medidas concretas. Y advierte: "Para presentar una moción de censura no necesitamos el permiso de la ejecutiva federal".
Miguel Sanz, candidato de UPN, la fuerza más votada el 27-M, no mostró ayer arrepentimiento por la dura estrategia que desplegó contra el PSN en la legislatura anterior, en la que llegó a acusar a los socialistas de intentar vender Navarra a ETA en el fallido proceso de paz. A la exigencia del presidente del Gobierno central, José Luis Rodríguez Zapatero, de que en la nueva etapa, en la que necesitará el apoyo puntual de los socialistas, debe desterrar aquella crispación, Sanz respondió que no es consciente "de haber incrementado la tensión política por reclamar lo que hemos considerado oportuno reclamar". Aun así, aseguró que intentará llegar a un acuerdo con Zapatero para impulsar determinadas infraestructuras.
El nuevo Gobierno que ayer, en la víspera de la comparecencia de Sanz en el Parlamento foral, pactaron UPN (con 22 parlamentarios de los 50 que integran la Cámara) y Convergencia de los Demócratas de Navarra (sólo dos) reserva para esta última formación dos consejerías: Educación y Vivienda y Ordenación del Territorio.
Pero Sanz asume que necesitará otros apoyos para sacar adelante sus iniciativas, y para ello se ha fijado en los socialistas. El primer intento de acercamiento a ellos consiste en dejar abierto el acuerdo de gobierno firmado con CDN para una ulterior incorporación al Ejecutivo del PSN, algo que, según el secretario general de esta formación, Carlos Chivite, "ni siquiera se contempla" ni casa con las directivas de la ejecutiva federal del PSOE, que además de ordenar la entrega del Gobierno a UPN dispuso que los 12 parlamentarios del PSN se mantengan en la oposición. El punto concreto del pacto entre UPN y CDN establece que si "a lo largo de la legislatura se alcanzase un acuerdo para la configuración de un Gobierno de mayoría absoluta mediante la incorporación de representantes de otras fuerzas políticas, la representación de ambos partidos se acomodará a la nueva situación".
Otra de las apuestas de UPN-CDN para conseguir apoyo en la Cámara durante este próximo mandato en minoría se refiere a la personalidad de los miembros del nuevo Gobierno. Según Sanz, los consejeros "deberán ser de alto contenido político porque sus capacidades deben extenderse al ámbito del Parlamento para buscar los acuerdos y las mayorías necesarias y suficientes para impulsar las políticas que el Gobierno considere oportunas". Sanz insistió en el carácter negociador del futuro Ejecutivo al definirlo como "eminentemente social, abierto, que busque el acuerdo con los grupos parlamentarios".
Pero Carlos Chivite, que intenta apagar los fuegos originados entre su militancia por la orden de Madrid de facilitar la investidura de Sanz, empezó a hacer oposición ayer mismo lanzando 12 propuestas para que Sanz las incluya en su programa de Gobierno. Van desde la liberalización de la autopista de peaje AP-15 hasta la generalización de la enseñanza pública en inglés, pasando por la creación de 500 plazas públicas de guardería, la habilitación de suelo público para construir viviendas protegidas de alquiler para jóvenes y la representación "en régimen de igualdad" de todas las fuerzas parlamentarias en los organismos y empresas públicas. Después, Chivite lanzó una advertencia: el PSN no hará uso de la moción de censura en tanto no haya motivo para hacerlo, y no la blandirá "como elemento de desestabilización", pero debe quedar claro que, a diferencia de la política de pactos, la decisión de presentar una moción de censura no entra dentro de las competencias de la ejecutiva federal del PSOE, sino que la decidiría la propia ejecutiva navarra.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Archivado En
- Pactos postelectorales
- Carlos Chivite
- PSN-PSOE
- UPN
- Navarra
- Juan Cruz Alli
- Comunidades autónomas
- Gobierno autonómico
- Pactos políticos
- Política municipal
- Política autonómica
- PSOE
- Administración autonómica
- Conflictos políticos
- Gobierno
- España
- Administración Estado
- Partidos políticos
- Política
- Administración pública
- Miguel Sanz Sesma