La fiscalía detecta un aumento en agresiones sexuales de menores
La memoria de la Fiscalía de Menores de Valencia de 2006 constata el incremento de las agresiones sexuales, especialmente por menores de 14 y 15 años; el aumento de las agresiones a padres y la necesidad de bajar a los 12 años la edad penal. La coordinadora de la sección, Teresa Gisbert, es clara: "Es necesario poner de relieve el aumento de los delitos contra la libertad e indemnidad sexual, que han pasado en el tramo de 14 y 15 años de 17 en el año 2005 a 51 en el año 2006, y en el tramo de 16 y 17 años ha pasado de 11 en 2005 a 23 en 2006, lo que supone un aumento del 200% en el primer supuesto y de un 109% en el segundo".
El documento recoge igualmente que "merece especial comentario el aumento de los delitos de violencia doméstica y de género, que han pasado en el tramo de 14 y 15 años de 145 en 2005 a 168 en 2006, y en el tramo de 16 y 17 años de 125 en el año 2005 a 170 en el año 2006, lo que supone un aumento del 15% en el primer supuesto y del 34% en el segundo".
La fiscalía archivó 40 casos por agresiones de hijos a padres por ser menores de 12 años
La Fiscalía de Menores de Valencia incoó el pasado año 10.830 diligencias preliminares, un 1,2% más que el año anterior. El 69,6% de las infracciones fueron cometidas por menores que no han cumplido los 16 años. Del total de las infracciones, el 30,6% las cometieron menores de 14 años, a los que no se les puede aplicar la Ley del Menor, recientemente reformada. La coordinadora cree que "se ha perdido una oportunidad de rebajar la edad penal a los 12 años". Como ejemplo: "Prácticamente, se han archivado tantas diligencias preliminares por delito contra la libertad e indemnidad sexual por ser el autor menor de 14 años, en un número de 40, que se han incoado a menores de 14 y 15 años, en un número de 51", asegura.
Gisbert dedica un apartado especial a los malos tratos de hijos a padres y dice: "Siguen aumentando los padres que acuden desesperados a la sección de menores contando cómo ven que sus hijos se les van de las manos, que no les obedecen, no los pueden controlar y llegan a convertir en un infierno la vida familiar. Cuando dicho infierno es traducible en una tipificación penal, la sección de menores les informa de que si interponen una denuncia se podrá actuar". Pero deja claro que los padres no buscan denunciar a sus hijos, piden ayuda. "Creo que dicha ayuda debería serles facilitada con carácter primario desde los servicios de protección de menores relegando la intervención penal para los casos realmente necesarios por la gravedad de los hechos y las circunstancias del menor y sus progenitores".
Gisbert apela a la responsabilidad de todos respecto a la formación de los menores. "Sigo considerando que la educación de nuestros niños es obligación de todos, padres, familia extensa, educadores, maestros, profesores y administraciones públicas, ya que los modelos de conducta que ofrezcamos a los niños determinarán su modo de comportarse", afirma.
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