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Un estudio realza el poder de la acacia para eliminar contaminación

El trabajo clasifica las especies arbóreas por su nivel de absorción

Un estudio de la Universidad de Sevilla destaca la importancia de la vegetación en la lucha contra el cambio climático, como sumidero natural de dióxido de carbono (CO2), y subraya que algunos árboles pueden absorber el CO2 emitido por miles de vehículos. El informe sostiene que una adecuada planificación del arbolado urbano y de las superficies forestales reduciría las emisiones de gases efecto invernadero.

El catedrático de Ecología Manuel Enrique Figueroa, quien ha dirigido este proyecto, destacó que la vegetación es "un elemento muy importante" contra el cambio climático que, además, "es gratis, no requiere de sofisticadas tecnologías y tiene una gran capacidad de desarrollo en un país como España, muy arbolado y con muchos espacios protegidos".

Este trabajo estudia -"por primera vez en España", subrayó- la capacidad de las especies vegetales para absorber CO2, principal causante de las emisiones de efecto invernadero. Las plantas absorben dióxido de carbono (CO2) gracias a la fotosíntesis, proceso por el que absorben este gas y liberan oxígeno a la atmósfera.

El estudio ha determinado que las especies urbanas que más CO2 absorben son la melia, la acacia de tres espinas, la jacaranda y el olmo. En una calle de cien metros de longitud y con diez árboles plantados, la melia absorbería al día el CO2 emitido por 10.373 vehículos, la acacia de tres espinas el de 1.619 vehículos, la jacaranda, el de 1.405 y el olmo, el de 1.320.

Por el contrario, la catalpa, el árbol del amor o el ciruelo japonés son las especies menos eficientes, pues absorben el CO2 equivalente a las emisiones de 38, 33 y 26 vehículos, respectivamente. Las especies forestales más ecoeficientes son el pino carrasco el piñonero y el alcornoque.

El informe también determina que los más de 20 millones de hectáreas forestales existentes en España absorben al año un 13% de las emisiones en 2005. Por ello, Figueroa enfatizó la necesidad de "poner en valor" las masas forestales "no sólo por su función de preservación de la naturaleza, sino por su papel de sumideros naturales" de CO2.

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Abogó por que la importancia de estos sumideros naturales se tenga en cuenta a la hora de construir infraestructuras y en el diseño urbano. "Hay que pensar qué especies se plantan y dónde, para conseguir un balance cero en las emisiones" de CO2, añadió, aunque matizó que estos sumideros naturales no son la solución contra el cambio climático, que requiere también de las energías alternativas y del ahorro energético.

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