Estómagos de hierro
Por fin, he terminado mi próximo libro: De comerse el mundo. La cocina de los viajeros. Aquí recupero dos ejemplos de una obra donde aparecen desde cronistas de Indias hasta Javier Reverte, pasando por el gasteiztarra Iradier, Adolfo Rivadeneyra o Leguineche y Carmen Sarmiento. Es un trabajo que me permitió entretenerme, pero ha costado más esfuerzo del previsto. Ahora llegan las correcciones, una tarea tediosa.
Así, recuerdo que en 1870, durante el sitio de París, el zoológico ubicado en el Jardin des Plantes fue forzado a vender aquellos animales que ya no pudieran alimentar. Varios establecimientos, que se habían visto obligados a incluir productos sospechosos en los menús, compraron cuanto fue posible en la subasta. Durante aquella Navidad se sirvieron platos como: "cabeza de asno", "sopa de elefante", "camello horneado", "estofado de canguro", "oso asado en salsa de pimienta" y "antílope con terrina de trufas". La ironía, espléndida, tampoco faltó a la cita, dado que se ofrecieron: "ancas de lobo con salsa de cordero" y "gatos aderezados con ratas". Para que luego venga el tiquismiquis de turno y se queje de la corta carta de Casa Paco y de las películas Disney.
Los productos de temporada, y los establecimientos para todos los bolsillos nos estan esperando
Por su enjundia incluyo la figura del venezolano Rafael Nogales Méndez, nacido Inchauspe y cerca de la Euskal Etxea caraqueña. Personaje educado en Alemania, Bélgica y España, donde también recibió instrucción militar. Un condotiero políglota que participó en distintos escenarios bélicos: en Cuba contra la invasión estadounidense, luego se involucra en la llamada Revolución Libertadora de su país, y dos años después reaparece en la guerra chino-japonesa. A la caída del otro Castro, vuelve al hogar, se gana la enemistad de Gómez y debe partir para el exilio. Durante la primera conflagración mundial viaja a Persia como oficial de las fuerzas expedicionarias turcas. En 1919, en otra fiebre del oro y por afán aventurero se traslada a Alaska, sugiere que para descansar luego de sus peripecias en China. Más tarde fue vaquero en Arizona donde se hizo llamar Nevada Méndez...
En sus Memorias relata extraordinarias andanzas, haciendo un recuento de amigos, relaciones, costumbres... En el capítulo Recetario de cocina de un soldado se recrea comentando los extraños bocados que probó: entre los esquimales, "unto de ballena y pescado crudo (con piel, cola y ojos)". Gusanos de maguey en México, iguanas y caimán en el mismo continente. En Australia culebras, "carroña de oveja y carne humana" (sic); elefantes y rinocerontes en África. Patas de jaguar y de oso pardo, monos asados, guacamayas, joroba de camello, anguilas eléctricas, "tiburón podrido" (recomendable para las fiestas, pues -según señala- permite beber como Yeltsin y estimula la libido). A modo de corolario comenta: "Se ha generalizado entre la gente la opinión de que un soldado aventurero [aquí podríamos citar al blusa Rodríguez, a un trabajador en precario, una joven mileurista... en plenas fiestas] debe tener, por sobre todo, un bravo corazón. Mis experiencias culinarias son suficientes para demostrar que lo que realmente necesita es un estómago de hierro".
Vitoria-Gasteiz cuenta con una nómina de excelentes cocineros y guisanderas. No olviden alimentarse bien. Los productos de temporada, las recetas de la suegra y los establecimientos para todos los bolsillos nos están esperando. Para hoy, nuestro estrellado chef de campaña nos recomienda: "más frutas y verduras". Y ya saben: a buen hambre... Pero si pueden elegir, sean exigentes, olvídense de la comida rápida, basura... Celedón que a estas alturas ya ha perdido el paraguas, medio pantalón, y ha cambiado la boina por un carné del PSN-Bai, se plantea donar su bota al museo de etnografía o al Artium, y también visitar -después de la sidrería argentina- un restaurante vegetariano.
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