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FÓRMULAS QUE MUEVEN EL MUNDO
Columna
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El problema de Bodel

Javier Sampedro

El inspector Bodel, de crimen organizado, tenía ya un verdadero empacho de datos sobre el condenado caso metro, como lo llamaban los chicos con un vuelo imaginativo a prueba de radar. El caso metro tenía 50 sospechosos, que si eso era una banda sería municipal, y Bodel ya se sabía el nombre de los 50, los apellidos, el estado civil y hasta lo que él mismo, tras ocho meses buscando la letra sin ningún éxito, seguía empeñándose en llamar "la música" del método delictivo de la banda. Municipal.

El caso se las trae. Los llamados créditos overdraft -"al descubierto", como suena-, que justo por aquel verano estarían empezando a propagarse por medio mundo desde los focos de la banca roja, habían posibilitado este nuevo tipo de delito difuso o masificación del guante blanco. Los 50 del caso metro eran brokers de academia de barrio, que vivían muy sobrados de sus ataques especulativos -bastante solventes- contra un valor mediano al día.

Su clave no era la técnica financiera, sino la coordinación. Es lo lógico: por eso coordinarse para ese tipo de operaciones era ilegal en la época. Bodel no tenía la menor duda de que los 50 del caso metro usaban la línea 1 para acordar su estrategia diaria: se subían todas las mañanas, entre ocho y ocho y media, al mismo vagón del mismo tren de la línea 1. Subían desde distintas estaciones y casi acababan llenando el vagón. Después se iban bajando tan paulatinamente como habían subido.

-El valor bursátil elegido ese día sufre la primera andanada de órdenes de venta media hora después -le había explicado meses antes Bodel a un amigo, ayudante del juez instructor-. Luego le atizan toda la mañana y realizan beneficios al cierre: es de manual, hombre.

-No los tienes, Bodel, y lo sabes perfectamente. Cada uno vive en un sitio distinto, no se ven nunca, no se llaman, no se escriben. Es cierto que montan en el mismo vagón de metro, pero ninguna ley lo impide, y tú mismo atestiguas que en ese vagón no han cambiado palabra, papel, objeto, ni mirada. Créeme, Bodel: tienes más pruebas de comportamiento incívico que de pertenencia a grupo organizado.

¿Por qué no echan una mano al pobre Bodel?

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