Los tristes tópicos
Si hay un país dominado por los tópicos es Colombia. Y si hay un artista que se haya ocupado de ellos ese artista es Nadin Ospina (Bogotá, 1960), quien expone en Madrid pinturas, esculturas, serigrafías y una videoproyección que citan abiertamente los estereotipos que subyugan la imagen de su país para mejor ponerlos en evidencia. A ellos y a quienes los acuñan y usufructúan. Esta estrategia paródica es una antigua constante de su trabajo y la puso en práctica por primera vez haciendo réplicas de las cerámicas y la estatuaria precolombina cuyos modelos no eran, sin embargo, los dioses abolidos o proscritos sino los héroes y los personajes de primera generación de la factoría Disney: el pato Donald, Goofy, Minnie o Mickey Mouse, entremezclados con personajes de los Simpson. La parodia era doble: la de la estatuaria precolombina y la de los personajes del cómic pero la finalidad única: diseccionar un estado de la cultura en el cual las imágenes de los dioses recuperadas por la arqueología y los museos se degradan hasta el tipismo del "arte de aeropuerto", incapaces ya de ejercer el dominio del imaginario colectivo que en su día ejercieron con tanta solvencia. Su lugar lo ocupan -incluso en países con un importante pasado precolombino y colonial- Donald o Bart Simpson. La raíz de nuestra cultura -venía a decirnos Ospina-, nuestros dioses, son ellos y no los que confinamos en los museos o dilapidamos como baratijas turísticas.
NADIN OSPINA
'Colombialand'
Galería Fernando Pradilla
Claudio Coello, 20. Madrid
Hasta el 1 de septiembre
En Colombialand, Ospina incursiona en la variante del universo infantil representada por Lego, el conocido sistema de juguetes que incluye en su oferta más reciente Los aventureros, una serie protagonizada por un profesor y un detective que se internan en las selvas suramericanas. Él regaló a sus hijos un ejemplar del juego antes de ser consciente de hasta qué punto es vehículo de los estereotipos que hoy asocian al Tercer Mundo con una violencia tan flagrante como inexorable. Y con esa conciencia se ha apoderado de las figuras del Lego para componer una secuencia mayúscula de imágenes que escenifican los tópicos que reducen Colombia a los términos de un país de narcotraficantes y de terroristas.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.