El lince necesita que Aguirre apueste por él
La responsable del felino en Doñana cree que la región puede recuperarlo "si hace el esfuerzo"
El lince ibérico necesita el compromiso político para vivir en la Comunidad de Madrid. Eso es lo que cree la directora del Plan de Cría en Cautividad del lince ibérico de Doñana, Astrid Vargas, que ayer lanzó un reto al gobierno de Esperanza Aguirre. Dijo que si Aguirre quiere, el lince podría volver a vivir en la región. Matizó que el estado de la especie es muy delicado -la población total se ha reducido de 600 a 150 ejemplares en la última década-, y que las buenas intenciones podrían no ser suficientes. Pero añadió que si el área donde la Comunidad construye la M-501, la carretera de los pantanos, "se protege completamente" y si la Comunidad "hace el esfuerzo", podría ser posible.
Dar una oportunidad a la especie necesita "proteger totalmente" la zona de la M-501
La polémica sobre la recuperación del lince en la Comunidad viene de lejos. Llueve sobre mojado por el cruce de opiniones mantenido hasta ahora entre el Ministerio de Medio Ambiente, la Comunidad y las asociaciones ecologistas. El Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) dictaminó en julio de 2000 que la zona de la M-501 "puede ser considerada como la más importante de bosque mediterráneo de la región, tanto por su extensión como por su diversidad y número de especies", entre ellas el lince. La transformación de la carretera en autovía quedó paralizada.
Esperanza Aguirre, a su llegada al poder en 2003, recuperó el proyecto ante la presión de los alcaldes de la zona. La presidenta declaró de interés público la transformación en autovía de la M-501, lo que le permitía seguir adelante con el proyecto sin llevar a cabo la preceptiva declaración de impacto ambiental. La Comisión Europea abrió en octubre del año pasado un expediente contra el reino de España por no haber llevado a cabo la declaración o un estudio suficiente de los daños que la nueva autovía iba a provocar sobre la rica flora y la fauna de la zona.
El Gobierno central de José Luis Rodríguez Zapatero también se opuso al proyecto de Aguirre. A la ministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona, no le sorprendió la reprimenda de la Comisión. Y aseguró que era una medida que el Gobierno central esperaba desde hacía tiempo. "Siempre hemos mantenido que esta obra incumple la normativa", replicó Narbona en octubre de 2006.
Vargas, que hizo estas declaraciones durante un curso de verano de la Universidad Complutense en El Escorial, se mostró cauta sobre la existencia de linces en la región y matizó la importancia del hallazgo, en octubre de 2005, de unas heces supuestamente del animal entre los ríos Cofio y Alberche: "No confirman la existencia de linces, ni siquiera de un ejemplar", dijo.
La directora del plan para la recuperación del felino invitó a los políticos y ciudadanos a que se comprometan con la conservación de ese hábitat, que cuantificó en unas 10.000 hectáreas. Las soluciones son, según Vargas, reducir los peligros que acechan al lince, como las carreteras y las nuevas infraestructuras.
Con todo, matizó que se están haciendo esfuerzos desde las comunidades autónomas y el Gobierno central. Para la responsable del plan de recuperación del lince, los pasos a dar en el futuro para la conservación de la especie son difíciles. ¿Los motivos que lo impiden? La existencia de factores biológicos difíciles de controlar, como los incendios en el monte y las epidemias tanto en el lince como en su principal alimento, el conejo.
El felino más amenazado es una pieza clave en su hábitat. Vargas advirtió de que la desaparición del felino cambiaría el ecosistema del monte mediterráneo, que es el de la zona de la M-501. La presencia del lince, dijo, tiene un "efecto paraguas": protege el entorno en el que viven muchas otras especies, desde insectos hasta águilas imperiales. Si el lince desaparece, habrá más zorros que comerán más conejos. "Se está extinguiendo, y entre todos tenemos que hacer lo máximo para evitarlo", lamentó.
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