CiU pierde poder en diez de los 25 consejos comarcales que controlaba hasta ahora
PSC y ERC arrancan a los nacionalistas la mitad de las comarcas de Lleida
Convergència i Unió afronta estos días su tercer vía crucis derivado de las elecciones municipales. Tras perder Tarragona y las diputaciones de Girona y Lleida, los nacionalistas serán desalojados en las próximas semanas de la presidencia de una decena de consejos comarcales que controlaban hasta la fecha. El Partit dels Socialistes y Esquerra Republicana serán los grandes beneficiarios. Con todo, 15 de las 41 comarcas continuarán controladas por CiU; 12 o 13, por el PSC; cuatro, por Esquerra Republicana, y nueve tendrán presidencias compartidas entre estos tres partidos.
Las negociaciones no están cerradas y las cúpulas de los partidos han impuesto silencio mientras no se acaban de dirimir las escasas presidencias que todavía quedan en juego. En los últimos días, por ejemplo, se ha acentuado la batalla para aclarar quién presidirá el del Garraf, hasta ahora en manos del PSC. Todo indica que los socialistas mantendrán esta comarca. El resto de acuerdos están ya casi cerrados.
El principal fiasco de Convergència i Unió se ha dado en la provincia de Lleida, donde hasta ahora monopolizaba el poder. Los nacionalistas gobernaban en todas las comarcas, incluida La Vall d'Aran, que goza de un sistema institucional propio representado en el Conselh Generau d'Aran. Una vez que se hayan constituido todos los consejos, CiU perderá en esta provincia seis de las 12 comarcas, incluido el Aran.
Los nacionalistas se sienten víctimas de una nueva "maniobra" de arrinconamiento por parte de la izquierda. El dolor es todavía mayor por tratarse esta vez de los consejos comarcales, las instituciones que la Generalitat de Jordi Pujol inventó para dar servicios básicos a los municipios más pequeños de Cataluña, muchos de ellos en manos de CiU.
Para evitar los pactos de la izquierda, Convergència i Unió continúa enfrascada en la batalla legal que ya comenzó en las municipales, cuando denunciaron que PSC, ERC e Iniciativa acudieron a las elecciones "disfrazados" con otras marcas para sacar votos de comarcas tradicionalmente afines a CiU. El partido de Artur Mas sigue defendiendo que los votos depositados en listas de Progrés Municipal, Acció Municipal o Entesa del Progrés Municipal no pueden pasar a engrosar las sacas de sufragios de los partidos que tienen registradas estas marcas: PSC, ERC e ICV respectivamente. "Si hace falta llegaremos hasta las más altas instancias judiciales para evitar que continúen engañando a los votantes", afirmaron el viernes fuentes de la dirección de CiU.
Pero, mientras las resoluciones no llegan, los nacionalistas se han afanado en pactar lo que han podido y donde han podido. Así, cinco de las nueve comarcas que tendrán presidencias compartidas estarán controladas durante dos años por los nacionalistas.
El principal éxito del PSC se ha dado en La Vall d'Aran, donde su partido hermano, Unitat d'Aran, presidirá el Conselh Generau por primera vez.
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