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El Pocero entrega los primeros 580 pisos de su macrourbanización de Seseña

Los vecinos recogen las llaves cansados de la mala imagen que tiene el polémico residencial

La empresa de Francisco Hernando, Paco El Pocero, comenzó el miércoles por la tarde a entregar las llaves de los 580 pisos que ya están listos en su polémica macrociudad de más de 13.000 viviendas. Cuando concluya el verano, la constructora espera que haya más de 1.700 ocupadas. El Ayuntamiento de Seseña (Toledo) concederá las licencias en las próximas semanas, en cuanto se garanticen los servicios mínimos, aunque la asociación de vecinos cree que ya deberían estar disponibles. Mientras, los primeros inquilinos recogen sus llaves, "aliviados" después de tanta polémica.

"Esto es una locura", le susurra Nacho a Laura mientras aguardan a que les entreguen las llaves de su nuevo piso, el primero que compran en común tras 25 años bajo el techo familiar. Tiene 120 metros cuadrados, tres habitaciones y garaje. Todo por 200.000 euros, "menos de la mitad" de lo que les hubiera costado en Madrid, "y con más calidad".

La mayoría de los compradores que, desde el pasado miércoles, firman escrituras en las oficinas de Onde 2000, la empresa del Pocero, son como ellos: parejas jóvenes llegadas desde Madrid en busca de una vivienda buena y barata. Lo de bonita ya es cuestión de gustos. "A mí me lo parece", dice Sonia, una de las primeras inquilinas del residencial. Ella y su marido, Javier, querían un ático como segunda residencia y ya lo tienen.

La pareja, que se instalará en un mes, cuando el piso esté amueblado, de momento tendrá que subir ocho pisos a pie, porque el ascensor no funciona. Eso sí, la piscina de la urbanización está llena de agua cristalina que, con el termómetro rozando los 40 grados, invita a darse un chapuzón.

Desde la terraza, de 60 metros, se contempla un secarral desolador. La nada. Pero eso no preocupa a los inquilinos: "En un año voy a tener de todo. ¿No ves que esto es Madrid?", exclama Alejandro, otro de los vecinos. Razón no le falta: todos los teléfonos de El Quiñón empezarán por el prefijo 91 de la capital. Es uno de tantos ejemplos que defienden los vecinos. "¿Cómo que está en medio de la nada?", se altera Lluvia, otra propietaria. Con su dedo índice recorre la maqueta en tres dimensiones de la urbanización y va señalando lo que está por venir: "Aquí, el colegio, por ejemplo".

Lo que sigue estando muy presente, independientemente de gustos y precios, es la polémica que ha rodeado desde el primer momento a esta nueva ciudad. "Hubo un tiempo que parecía que te tenías que avergonzar por venirte a vivir aquí", asegura Alejandro, de la Asociación de Vecinos del Residencial, que agrupa a más de 600 propietarios. El foco de todas sus críticas es el alcalde de Seseña, Manuel Fuentes (IU): "Podía haber dado las licencias mucho antes", dice entre otras muchas cosas.

El regidor se defiende. Se le nota cansado de la polémica: "Se han cumplido todos los plazos, espero que de una vez se normalice la vida en Seseña". Un deseo que comparten Laura y Nacho: "No somos ni del Pocero, ni del alcalde; lo que queremos es ser felices y que dejen de hablar de nosotros".

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