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Absuelto un acusado de matar a tiros a 3 hombres en Alicante

El tribunal considera que las pruebas no acreditan su culpabilidad

La Audiencia de Alicante ha absuelto al patriarca del clan gitano Los Pachanga por falta de pruebas. Juan G. fue enjuiciado por matar a tiros a tres miembros de otro clan rival, los Capito, y disparar contra dos de los hijos de una de las víctimas, el 26 de abril de 2002 en un barrio marginal de la capital. La sentencia considera que, de las pruebas practicadas, "nada" acredita la participación de éste en la refriega.

El tribunal de la sección 3ª de la Audiencia de Alicante ha absuelto a Juan G. J., el patriarca del clan gitano Los Pachanga, del triple crimen que acabó con la vida de tres miembros de otra familia rival, Los Capito. Según la sentencia, ninguna de las pruebas practicadas avala que el enjuiciado disparó y mató a los tres miembros de Los Capito, en abril de 2002.

El fallo argumenta que el hecho de que, por un lado, no haya sido encontrada el arma que determinaría su participación; y por otro, la ausencia de restos de pólvora en las manos del supuesto homicida [fue atendido por los servicios sanitarios por herida de bala] no existe "una evidencia clara" de que el procesado percutiera un arma. "Por lo tanto, surgen serias dudas sobre los concretos actos llevados a cabo por el imputado. No puede sino resultar absuelto de los delitos que se le imputan en virtud del principio in dubio pro reo [en caso de duda, a favor del acusado], añade el fallo. Juan G. J., se enfrentaba a una pena inicial de 37 años y cuatro meses de cárcel por tres delitos de homicidio consumados, dos delitos de homicidio intentado y tenencia ilícita de armas, según la acusación fiscal.

En el juicio oral, el patriarca de los Pachanga, Juan G. J., alias el Pachango, se declaró inocente. "Yo no disparé contra nadie", dijo ante el tribunal.

La sala considera probado que miembros de Los Capito se personaron en la vivienda del patriarca de Los Pachanga para saldar una deuda. Allí, se produjo un tiroteo entre "persona o personas no suficientemente determinadas cercanas al acusado y probablemente este último", cuando el encausado resultó herido y otras tres personas murieron. En dicha refriega, dice la sentencia en el apartado de fundamentos de derecho, se intervinieron tres o más armas de fuego. De éstas, dos fueron encontradas, pero ninguna de ellas fueron localizadas en poder del procesado.

De esta forma, se cierra otro capítulo de dos de los clanes gitanos más conocidos por círculos policiales y judiciales de Alicante. Aquella refriega fue el inicio de una guerra abierta entre ambas familias.

Solo el inicio de la vista oral obligó a El Pachango a abandonar su escondrijo donde permanece oculto en los últimos años para evitar las represalias de los miembros, allegados de los Capito muertos en la balacera. El proceso se desarrolló en medio de un explícito dispositivo de seguridad para evitar un previsible choque entre los clanes o, inclusive, una agresión al procesado.

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