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Entrevista:Pedro Solbes | Vicepresidente segundo y ministro de Economía y Hacienda | Repaso a la situación económica

"No compito en una subasta fiscal con el PP"

Pedro Solbes pergeña estos días el documento más ansiado por los ministros antes de las vacaciones. El pastel presupuestario para el año próximo comienza a repartirse y el vicepresidente sabe que le aguarda un buen número de quejas. Lo toma con la templanza que le caracteriza y argumenta que es imposible contentar a todos. En una suntuosa sala del Ministerio de Hacienda donde se cumple más que de sobra el mandato de moderar la refrigeración, Solbes (Pinoso, Alicante, 1942) defiende su reforma fiscal, aunque advierte contra las rebajas irresponsables.

"La empresa privada es para profesionales de la empresa. Yo puedo asesorar, comentar, pero no soy un gestor privado"
"Me siento incómodo con cómo se ha percibido la bonanza económica. No es fácil comunicar conceptos tan complejos como la reforma fiscal"
"En I+D hemos más que duplicado la inversión en estos años, y seguiremos subiendo más que la media del gasto, por encima del 15%"
"Es bueno cumplir todo el mandato en puestos como el del FMI. Si ahora tuviésemos un candidato español, sería más difícil de colocar"
"Se dice que el español ha perdido poder adquisitivo, lo cual es radicalmente falso. Se están mezclando conceptos diferentes"
"En el Gobierno algunos son más partidarios que otros de los 2.500 euros por recién nacido. Yo habría preferido un enfoque más general, más a largo plazo"

Pregunta. ¿Se siente identificado con el guiñol que lo retrata como un padre prudente que reconviene a los ministros díscolos?

Respuesta. Como ahora es tan tarde ya no lo veo, pero antes me hacía gracia y algunas veces sí me sentía bastante representado. Yo siempre digo que todo Gobierno es una coalición entre el ministro de Hacienda y los demás. Los ministros están nombrados para hacer cosas, para gastar, y sólo hay uno que hace que las cuentas cuadren. Por eso hay cierta tensión.

P. ¿De qué se siente más orgulloso en esta legislatura?

R. De la decisión de no aumentar el gasto público. Es difícil que uno se califique a sí mismo, pero yo diría que un notable alto sí que hemos conseguido.

P. ¿Cuál ha sido el momento más difícil de su carrera?

R. Tal vez cuando entré en esta casa en 1993, en plena crisis. Hubo que tomar decisiones muy duras. Luego en Bruselas he tenido discrepancias con algunos países...

P. Tenemos la duda de qué va a hacer a partir de marzo de 2008.

R. Ésa es una duda compartida. Yo también la tengo. Mi compromiso con Zapatero es para esta legislatura. Y además este año, con 65, debería jubilarme; el año que viene tendré casi uno más.

P. Ahora que se fomenta la prolongación de la vida laboral, no parece que se vaya a jubilar a los 65.

R. A los 65 ya no me van a dejar porque los cumplo el mes que viene.

P. ¿No le tienta la empresa privada?

R. Llevo 40 años en el ámbito público. La empresa privada es para profesionales de la empresa. Yo puedo asesorar, comentar, pero no soy un gestor privado.

P. Hablando de retiros, ¿cree que ha perjudicado a la imagen de España la marcha prematura de Rato del FMI?

R. Respeto todas las decisiones privadas, yo mismo no terminé el periodo de comisario porque me vine aquí, aunque me faltaba muy poco. Pero en este tipo de puestos es bueno cumplir todo el mandato. Es verdad que si en estos momentos tuviésemos un candidato español al FMI, que no lo tenemos, sería más difícil de colocar.

P. Su mandato se ha caracterizado por la bonanza económica. ¿No cree que ha quedado eclipsada por cuestiones como el terrorismo o el debate territorial?

R. Desgraciadamente, en España, ese tipo de interferencias se produce siempre. El debate económico, que ha sido bueno y se han hecho bastantes cosas, pasa a un segundo plano. No es fácil comunicar conceptos complejos como la reforma fiscal, las tarifas...

P. El PP consiguió explicarlo muy fácil: España va bien.

R. Yo no me sentiría incómodo con esa valoración o con la comparación de aquel periodo y éste.

P. ¿Y se siente incómodo con cómo se ha vendido?

R. Me siento incómodo con cómo se ha percibido.

P. Quizá una de las dudas es cómo se traslada esa bonanza al bolsillo del ciudadano. Por ejemplo, si los salarios mejoran o no.

R. Se mezclan conceptos diferentes. Se dice que el español ha perdido poder adquisitivo, lo cual es radicalmente falso. Pondré un ejemplo. Si hay un padre que trabaja y gana 2.000 euros y su hijo está en el paro, el salario medio en esa familia es de 2.000 euros. Si su hijo empieza a trabajar y cobra 1.000 euros, el salario medio pierde una cuarta parte. Por tanto, una bajada en el sueldo medio es claramente compatible con un aumento en la renta general. Teníamos 19.000 euros anuales per cápita, y ahora, 23.000.

P. Pero de esas cantidades no está descontada la inflación.

R. Al descontarla, da un aumento del 7%. Además, los salarios de convenio han subido todos los años. Hay otro concepto: renta per cápita en relación con la UE. Hemos mejorado respecto a la UE-27, incluso respecto a la UE-15. Y, por último, está la participación de los salarios en el conjunto del PIB. Eso sí ha caído por varias razones. Pero es falso que los trabajadores hayan perdido poder adquisitivo.

P. La cara negativa de su ejemplo es que ese hijo con 1.000 euros al mes no puede independizarse.

R. Ése es un problema distinto. Por un lado, 1.000 euros no son lo mismo en Madrid que en otros municipios de España. Y, además, 1.000 euros, o incluso cantidades inferiores, respecto a cero son una mejora cualitativa sustancial. Es verdad que quien tiene 1.000 euros, si lo que quiere es casarse y tener hijos, posiblemente no pueda, pero ése es un problema vital.

P. ¿Cree que puede haber perjudicado a la imagen del Gobierno que se le haya identificado con algunas maniobras empresariales?

R. Pensar que el Gobierno tiene capacidad para influir en las decisiones clave de las empresas es naïf, aunque es cierto que puede tomar decisiones que afectan al ámbito empresarial. En todos los debates ha habido posiciones discrepantes, lo que demuestra que el análisis no es único.

P. En el debate energético, ¿qué ha sido más duro? ¿Las discrepancias internas?

R. Lo más difícil ha sido ir redefiniendo el modelo partiendo de una mala solución inicial, pues se privatizó sin liberalizar el mercado. Han sido difíciles el modelo, las OPA, las tarifas... Es verdad que mi posición en algunos casos, sobre todo en las OPA, estaba más próxima a alguna concepción comunitaria que a la que tenía otra parte del Gobierno.

P. ¿Quiere decir que había posiciones contrarias a normas europeas?

R. Soy un europeo convencido y hay elementos que es positivo respetar. Dicho esto, acepto que hay un problema, y es que sin un mercado único, en cuestiones como las fusiones y OPA supracomunitarias se aplica también la norma europea. Y es lo que nos ha llevado a mostrar una posición más próxima a unos o a otros.

P. Esos órganos de Gobierno con los que ha podido tener más discrepancias han sido el Ministerio de Industria y la Oficina Económica de Moncloa...

R. Yo creo que los temas de los Gobiernos se resuelven dentro de los Gobiernos.

P. ¿Sigue siendo amigo de Conthe?

R. No me considero enemigo, pero no he hablado con él desde que se marchó.

P. ¿Cree que la agencia catalana que ha aprobado el Parlament se excede del Estatut?

R. Creo que refleja bastante el Estatut. Es verdad que ellos hablan de los impuestos cedidos y compartidos y expresan su deseo de que eso se amplíe a todo. Pero hay impuestos que tienen que ser estatales al 100%, como el de sociedades. ¿Les gustaría ir más lejos? Sí, pero hay aspectos en los que no estaré de acuerdo nunca.

P. ¿Debilita esa agencia el papel de la estatal?

R. En absoluto. Lo que tendrá que hacer es trabajar de forma consorciada. Para una buena gestión del IRPF, o se gestiona con un sistema único o es imposible. ¿Cómo gestionamos si no a una persona con residencia en Madrid, casa de verano en Baleares y banco con sede en Barcelona?

P. ¿Puede ser un problema en la lucha contra el fraude?

R. Si lo que estamos diciendo es que una multiplicidad de agencias desconectadas facilita el fraude, es así. Pero no es lo que se plantea.

P. ¿Ha renunciado a elaborar un nuevo modelo de financiación autonómica?

R. Planteé a las comunidades la conveniencia de discutirlo. Pero si entramos en ese debate, deberíamos hacerlo con la ambición de llegar a un acuerdo, y eso exige una cierta calma. Tengo dudas de si la inmediatez de las elecciones proporciona ese momento óptimo.

P. O sea, quedará para la próxima legislatura.

R. Nosotros tenemos bastantes ideas. Pero es mejor tomárselo con más tranquilidad.

R. Los compromisos territoriales, ¿en qué medida van a condicionar también el Presupuesto de 2008, que ya están elaborando?

P. Los compromisos territoriales son de naturaleza diferente. En Cataluña, parecía razonable que en el AVE, las cercanías y otras cosas se hicieran las inversiones que no se han hecho en los últimos años. En Andalucía, hablamos de inversión total según la población.

P. Pero los grupos que deben apoyarlos condicionan su voto a que se invierta en sus territorios.

R. Es un problema que se produce todos los años. Vamos a hacer las inversiones necesarias y cumplir los compromisos.

P. Y sacarán el Presupuesto adelante con mayoría holgada...

R. Yo creo que se puede.

P. ¿La nueva ministra de Vivienda va a tener la oportunidad de llevar alguna medida estrella a los Presupuestos?

R. En el presupuesto de vivienda, una cantidad muy importante está ya comprometida. No sé qué estará pensando la nueva ministra ni qué impacto presupuestario tendrá, pero se intentará.

P. ¿No ha sido un error crear un ministerio sin apenas competencias?

R. La creación responde al intento de dar un mensaje político. Acepto que es un ministerio cuyas competencias principales están en las comunidades y donde el sector privado es fundamental. Un sector, además, complejo. ¿Se han resuelto los problemas? Tras un boom muy fuerte se está produciendo un ajuste. Está siendo suave y lo lógico es que nos devuelva a un periodo mucho más normal que el que hemos vivido estos años.

P. Algunos expertos han dicho que esa desaceleración puede detraer hasta un punto del crecimiento del PIB.

R. Depende de cómo se produzca. En todo caso, estamos en un crecimiento del 4%. Yo estaría muy contento con que este país tuviese crecimientos alrededor del 3% en los próximos años.

P. ¿Por qué la construcción se ha convertido en uno de los principales focos de fraude?

R. Bueno, yo no me atrevería a decir tanto. Lo que sí es cierto es que mueve muchísimo dinero. Le hemos prestado una cierta atención y la Agencia Tributaria ha puesto en marcha todo un programa de actuación.

P. Los inspectores dicen que no se ponen todas las medidas suficientes para combatir el fraude.

R. No conozco a nadie que considere que le sobran recursos. Siempre se puede hacer más y mejor, y por eso no debemos ser complacientes, pero la mejora en estos dos años ha sido sustancial.

P. ¿La inversión en I+D va a exceder el compromiso de Zapatero al principio de la legislatura?

R. Ya estamos por encima del compromiso, hemos más que duplicado en estos años y seguiremos subiendo más que la media de gasto, por encima del 15%. Es un problema de convicción. Este país necesita mejorar la productividad.

P. ¿Qué otras novedades tiene el Presupuesto?

R. El tema estrella va a ser la dependencia. Teníamos cierto compromiso de elevar la aportación del Estado a casi 700 millones de euros; lo haremos hasta prácticamente 900. En ayuda oficial al desarrollo, nuestro objetivo es llegar al 0,5% del PIB. Vamos a seguir haciendo esfuerzos en becas, pensiones mínimas, vivienda...

P. ¿Va a haber alguna medida medioambiental, dentro del Presupuesto o fuera de él?

R. Se está trabajando en el impuesto de matriculación. La idea, incluida como enmienda en la Ley de Calidad del Aire, es que el impuesto sea mayor en los vehículos con mayores emisiones. No se trata de recaudar más, sino lo mismo de forma más eficiente.

P. ¿Sólo se incidirá en el impuesto de matriculación?

R. En esta legislatura, sí, aunque hay algunas demandas de grupos parlamentarios que ya tenemos trabajadas para el futuro.

P. Hablemos de indicadores incómodos. Parece que la presión fiscal se empeña en desmentir a Zapatero y ha subido dos puntos en la legislatura.

R. Nosotros no hemos subido impuestos, más bien los hemos bajado. Recaudamos más porque la sociedad es más rica. También porque hemos hecho un buen trabajo de lucha contra el fraude. La reforma fiscal que hemos aplicado arroja una caída en los datos de retenciones del trabajo de enero a mayo, comparada con 2006, de 1.056 millones de euros. Y en sociedades, de 400. Yo diría que se van cumpliendo los objetivos de la reforma y, si es así, veremos una cierta corrección de la presión fiscal.

P. ¿No ha sido poco ambiciosa esa reforma fiscal? ¿Había margen para hacer más?

R. A posteriori es muy fácil. Ese margen también se va a utilizar ahora con la deducción de 2.500 euros que se ha introducido para los niños recién nacidos. Por tanto, ahí también tendremos una caída de ingresos significativa.

P. ¿Es verdad que el Ministerio de Economía se opuso a que la medida se aplicase retroactivamente desde el 1 enero?

R. Nos parece razonable que una medida se aplique desde el momento en que se toma, no con efectos retroactivos.

P. En general, existe la impresión de que está poco pensada.

R. Hay algunos miembros del Gobierno más partidarios y otros menos. Al final hemos llegado a una situación intermedia.

P. ¿Y usted de qué es partidario?

R. Yo... Lo dejamos de lado de momento.

P. ¿No es electoralista aplicarla a estas alturas de la legislatura?

R. Esta medida existe en muchos países. España tiene un nivel de natalidad muy bajo y algo así puede tener sentido. Yo hubiera preferido un enfoque más general, más a largo plazo, pero bueno, es una decisión que se ha adoptado en Consejo de Ministros.

P. ¿Por qué los dos grandes partidos en España compiten en una subasta fiscal a la baja?

R. Yo no compito en una subasta fiscal a la baja, compito por mantener la presión actual. Es importante que los impuestos no suban excesivamente. Siempre se me dirá que hay necesidades que cubrir, cosa que yo acepto, pero el gasto público hay que manejarlo con muchísima prudencia. Y parte de los beneficios del crecimiento tienen que reducir deuda porque este país, dada su pirámide de población, tiene unos retos muy importantes en sanidad y pensiones.

P. También en el impuesto de patrimonio tiene posiciones similares a las de Rajoy o Sarkozy.

R. Inicialmente, fue un impuesto censal. Y está bien que sea así. Hay que mantener unos mínimos nacionales, aunque la recaudación sea autonómica, y dar mayor capacidad fiscal a las comunidades.

P. ¿Habrá una nueva reforma de las pensiones en la próxima legislatura?

R. En todas las legislaturas hay que reformar las pensiones. El año que viene, el Fondo de Reserva de la Seguridad Social tendrá 50.000 millones de euros, una cifra muy importante, pero que llega más o menos a un año del pago de pensiones. Es esencial que los superávit vayan al fondo. Tengo dudas de cómo se pueden financiar algunas rebajas fiscales muy ambiciosas [en referencia a la del PP] que hablan de reducir 20.000 millones de euros. O aumentan los impuestos o reducen mucho el gasto.

P. ¿Cuál es la reducción fiscal máxima para ser prudente?

R. El superávit del Estado, que son unos 7.000 millones de euros. Aunque utilizar ese margen al 100% puede ser arriesgado.

P. Así que el margen es inferior a 7.000 millones.

R. Si yo tuviera que decidirlo, no me cabría la menor duda.

Pedro Solbes el pasado miércoles en la biblioteca del Ministerio de Economía y Hacienda.
Pedro Solbes el pasado miércoles en la biblioteca del Ministerio de Economía y Hacienda.RICARDO GUTIÉRREZ

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