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Crisis en el PP tras la dimisión de Piqué

El líder del PP admite que pudo haber errores con Irak y el 11-M

Carlos E. Cué

Mariano Rajoy se sometió ayer a una sesión con público relativamente similar a la del programa de TVE Tengo una pregunta para usted. Y, de nuevo, salió airoso y se ganó a la mayoría de la audiencia, que le aplaudió mucho más que a sus detractores, algunos estudiantes de un curso de verano organizado por la Asociación de Periodistas Parlamentarios en El Escorial. Rajoy arrancó los mayores aplausos cuando una joven se declaró "indignada" por la posición del PP en materia antiterrorista, basada en un ataque sin cuartel al Gobierno. "Esto es una democracia, tienes todo el derecho a estar indignada. Pero a mí me niegan ese derecho. ¿Puedo estar yo también indignado con lo que ha hecho el Gobierno? ¿Puedo decirlo? Me puedes creer o no, pero yo no tengo más criterio que defender los intereses generales", le respondió.

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No fue la única pregunta complicada. También le reclamaron que admita de una vez que la guerra de Irak fue un error y que el PP gestionó mal la información del 11-M. Respecto a Irak, fue muy claro: "Algunas decisiones pueden ser equivocadas, pero se toman con los datos que hay en ese momento". Y sobre el 11-M también admitió: "Hubo gran presión de la opinión pública para que el ministro del Interior ofreciera los datos. Se vio obligado a actuar rápido. Esas cosas hay que hacerlas con calma".

Enfrascado en un ejercicio de sinceridad y confianza -aunque había cámaras por todas partes-, Rajoy le dijo a un joven que se declaraba de derechas y se quejaba porque eso no vende en su generación: "Yo creo que la derecha es mucho mejor que la izquierda. Yo siempre he sido un señor de derechas". En los mítines, Rajoy siempre define a su partido como "moderado y centrista", pero ayer hablaba en tono de confidencia.

El terrorismo y Kant

Antes, Rajoy había leído una conferencia sobre terrorismo en la que ofreció un enfoque muy distinto del habitual. Lejos de la crítica sin tregua al Gobierno, el líder del PP se concentró en los aspectos filosóficos de la lucha contra el terror: "El terrorismo es un fenómeno global que atenta directamente contra las democracias. Ya sea entre las ruinas de un rascacielos o los escombros del aparcamiento de la terminal del aeropuerto, ya sea en el subsuelo de Londres o en una carretera en el Líbano, el terrorismo es y será siempre lo mismo. El empleo del terror y el asesinato al servicio de sus objetivos invalida frontalmente la esencia moral de la democracia. No hay que olvidar que para los demócratas la libertad, y asociada a ella, la capacidad racional para decidir sobre nuestra vida, es un bien indisponible. Un bien individual que constituye, como diría Kant, un fin en sí mismo tanto para el conjunto de la sociedad como para cada uno de sus miembros. Creer, por tanto, que los terroristas son reconducibles mediante un diálogo equitativo y dentro de un guión que permita cesiones, es inasumible. Y además un error".

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